El mar de bravos vientos alisios en marejada bajo la tempestad repunta a olas que hacen zozobrar aquellas naves que osan surcar irrespetuosas sus confines. Toda la furia y la ira con la que las aguas azotan los maderos de proa de nueva embarcación, reclinan ante el temor de viraje si ésta resultase impelida hacia recónditas playas y encrespados rocosos litorales. Cuán nimio vestigio rayo de luz solar es agradecido y apremia en momento en que aparece en el firmamento en suspiro de ahuyentar los fantasmas del pánico de naufragio. Alivio placentero al saberse no vencedor sino superviviente del implacable castigo de los dioses cuando se desea supeditar y someter a lo indomable de los mares.

"Ni mal existe cuyo sufrimiento dure eternamente, ni fuerte tormenta arrecia sin consumar en un espléndido día"

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”