Tanto en el ámbito personal como en el laboral, la creatividad es clave para solucionar nuevos retos así como el pensamiento divergente que ayuda a tomar alternativas distintas aportando una capacidad de respuesta diferente, de ahí que sea un factor altamente valorado en cualquier contexto. Pero resulta extremadamente difícil adquirir un juicio peculiar bajo entornos en los que la formación se estructura desde la base de un aprendizaje delimitado por patrones que apremian la homogeneidad. Esas respuestas que aparentan insolencia pura por resultar inesperadas, ilógicas o dispares a lo que el instructor espera oír y para lo cual no está preparado, no es sino un amago de diferenciación, pero casi nunca son conductas premiadas sino por contra duramente sancionadas. Desviarse del eje principal o de la línea que figura la rectitud supone ir contracorriente y eso conlleva un desgaste adicional que dificulta la integración. Lo diferente suele ser excusa óptima para practicar el escarnio, de ahí que el desemejante acabe en consecuencia por volverse retraído, introvertido y algo solitario o en su defecto se volverá identico al resto.

"Lo transversal rompe, se aparta de lo ordinario. La capacidad de crear perspectivas que proyecten nuestra percepción de las cosas desde un punto de vista diferente es un recurso natural, sin embargo los actuales sistemas de aprendizaje condicionan a la uniformidad”

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”