La dialéctica apoyada en la retórica y la oratoria forman un hábil juego de herramientas comunicativas capaces por igual de transmitir de forma nítida como de tergiversar el mensaje que se pretende dar al oyente. También puede generar confusión cuando no resulta escueto, claro e inciso y de invertir su significado cuando se pretende eludir una respuesta o resultar enrevesado para confundir a la audiencia al intentar no obtener un resultado negativo a cierta proposición de particular interés. En multitud de ocasiones en el hemiciclo político se recurre a esta alternativa de introducirse en un laberíntico juego de palabras que parecen tomar forma pero no disponer de trasfondo para con ello salir al paso de muchas contradicciones, réplicas y erróneas tomas de decisiones. De igual modo en el ámbito jurídico la redacción de algunas leyes y su posible interpretación pueden ayudar a entrar dentro de un círculo vicioso en el que la ambigüedad permita dar lugar a una situación en la que sea posible tanto afirmar como negar la misma cosa en una resolución, convirtiéndose el juez magistrado entonces en un subjetivo interpretador de ley.

"Letras sílabas y palabras se apilan amontonadas, deshilvanadas sin un orden y sentido que las dote de coherencia."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”