Dialektische und begründete Grundlage, Entstehung der Arbeit
No nos engañemos, la sociedad del ocio es una bonita utopía que no responde a los intereses que ha de atender el ser humano. Suplir lo que nos apetece por lo que nos interesa no es precisamente la mejor de las decisiones. El trabajo y en general las obligaciones que ello acarrea, a pesar de ser algo ingrato, se resuelve hecho preferente para cubrir gran parte de los requisitos básicos necesarios para mantener nuestro sistema y modo de vida. Es inviable que una sociedad pueda vivir íntegramente del ocio, pero sin embargo resulta factible y rentable la posibilidad de vivir con jornadas de trabajo de menor duración y en realidad hacia ese fin es a lo que tiende nuestro actual modelo de sociedad. Las máquinas son quienes han de realizar el trabajo de mayor esfuerzo físico y nuestro intelecto se habrá de centrar en investigar y evolucionar los procedimientos. Se han de recortar los altos índices de paro existentes, para lo que se vuelve necesario repartir el trabajo disponible entre la mayor cantidad posible de población, con períodos de ocupación más reducidos. El trabajo ha hecho grande al hombre, sin labor alguna el ser humano jamás sería ni hubiere sido nada. Éste tiene la imperiosa necesidad de invertir todo su ingenio, su esfuerzo e imaginación en mejorar y avanzar diariamente en calidad y cualidad de vida. La educación y todo nuestro modelo de aprendizaje están ligados a la necesidad de ejercer una labor eficiente y útil para la sociedad algo que resultaría innecesario sin obligaciones. Todo esto conlleva que los recursos y el tiempo que se habrá de dedicar al aprendizaje serán cada vez y paulatinamente más extensos. Pero llegar a una sociedad del ocio total sería un proyecto pésimo pues nos retrotraería en las capacidades o virtudes adquiridas y conduciría a una merma de la inteligencia, frontera que nos ayuda a mantener el predominio con respecto al resto de los seres vivos.
“Parques temáticos, mundos de fantasía e ilusión, de ocio y despreocupación, el arriesgado juego de expandir al resto de los aspectos de la vida una peligrosa utopía."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”