Todos y cada uno de los seres y elementos que forman parte de nuestro planeta resultan necesarios e imprescindibles para mantener el equilibrio del sistema y del ecosistema. Todos son piezas que encajan dentro de un mismo puzle y todo ha de evolucionar a un ritmo acompasado, esto permite mutar sin grandes traumas. Todo aquello que no se adapte al ritmo de cambio natural acabará extinguiéndose y serán otros quienes ocupen su lugar dentro del organigrama. El ser humano por supuesto, forma parte de esos elementos que aunque no imprescindibles hoy por hoy, se ha establecido en una posición de dominio que le convierte en parte esencial de la cadena reguladora. Pero su asombrosa evolución y el tan acelerado desarrollo obtenido que como mínimo ha triplicado la velocidad de cambio tolerable, ha obligado sino forzado a su entorno a una brusca alteración. Aún disponiendo de muchas más y mejores tecnologías, por sí solo es imposible que pueda copiar y reproducir todos aquellos elementos que cohabitan y que se han vuelto necesarios dentro de su hábitat para mantener la supervivencia, por lo que para que sobrevivir ha de aprender a convivir en simbiosis con la naturaleza. Tendrá que estudiar concienzudamente sus tecnologías para que resulten prácticamente inocuas y a su vez restaurar y restablecer gran parte de lo destruido, algo que se resuelve fundamental para evitar una precipitada extinción. Después de todo nuestro planeta también sabría sobrevivir sin el ser humano.

"Nuestra continuidad de vida se debate entre optar por lo natural o por el artificio. Entretanto prolifera y se expande la producción "destrucción" masiva. No somos ni hemos sido capaces de realizar un uso responsable del entorno a fin de lograr un equilibrio entre ambos."

“”Ciencia y cosmos” es parte del título de una serie secuencial de obras que hacen referencia a aquellos logros y descubrimientos científicos o tecnológicos que le han permitido al ser humano obtener un salto cualitativo y cuantitativo en su desarrollo.”