El ocio ha comenzado a formar parte de esos requisitos de obligado cumplimiento imprescindible en los días de asueto a pesar de que no ser tarea señalada entre los habituales apuntes de nuestra agenda. Hemos convertido nuestro tiempo de esparcimiento en una labor impuesta que apenas cumple su función de distensión convirtiéndolo en una monotonía repetitiva nada gratificante. Todas aquellas actividades que supuestamente deberían ser elemento de relax y de reencuentro con uno mismo han acabado derivando en una nueva faceta de trabajo que nos ata a un tipo de ocupaciones casi nunca gratuitas, que monopolizan gran parte de ese precioso tiempo que hemos logrado arañar a las interminables horas de tensión en el trabajo, es lo que bien se podría denominar por "el ocio impuesto como elemento de consumo". Esto no es sino clara muestra de que se ha llegado a ese punto en el cual nos resulta imposible realmente conciliar momentos de esparcimiento con nuestra vida interior evidentemente marcada, condicionada y sujeta a estereotipos. Con este fraudulento modo de ocio resulta cada vez más difícil dedicar tiempo a recapacitar acerca de nuestra vida, de nuestra trayectoria, nuestros actos, nuestra conciencia e incluso el hecho de planificar y congeniar a placer el núcleo familiar. Todo queda dispuesto, envasado y preparado como una pauta de comportamiento habitual del ciudadano de la urbe, no existe margen para la decisión personal e individual. Nuestro modelo de sociedad ha conseguido que tan siquiera seamos dueños de nuestro tiempo libre.

"Escapar de la urbe nos hace sentir libres, porque nada hay que supedite y condicione tanto nuestras vidas como lo hacen las pautas y modos de conducta impuestos, por desgracia ya un común hábito de vida en colectividad."

“Quietud y Flema” es parte del título de una serie secuencial de obras que son una pretendida apuesta por romper con el global de la obra de éste autor, en su conjunto dinámica, incesante y de una agitación extrema, tal y como no podía ser de otra manera tratándose de un fiel reflejo del imperante modo de vida en el que se desenvuelve. Un remanso de paz en el que parece reconciliarse con el resto de la humanidad."