Las tormentas eléctricas, térmicas o electromagnéticas que nos atraviesan desde el exterior, la disposición y distribución de los planetas de nuestro entorno, los impactos y agresiones directas con otros cuerpos celestes, el clima y los distintos ciclos climáticos, la ubicación geográfica peculiar de cada zona y también el añadido de nuestra propia actividad que durante miles de años ha sido insignificante pero que con nuestro espectacular desarrollo se ha vuelto parte importante de los condicionantes que afectan al entorno, han llevado a que los ecosistemas cambien de manera paulatina y posiblemente mucho más acelerada de lo habitual. Puede abordarnos en un momento dado la idea de pensar que nuestro hábitat apenas cambia o no debería de hacerlo de manera tan repentina como aparentemente viene sucediendo en la actualidad, pero lo cierto es que muchos ecosistemas van en detrimento y tienden a desaparecer, a mostrar rescoldos desérticos, estériles y de una aridez tremenda. Quizás sea ese el final al que estaba predestinado nuestro planeta, aún incluso no habiendo surgido la especie humana. Después de todo bajo estas condiciones hemos podido observar al resto de planetas de los que tenemos conocimiento. Puede que lo insólito resulte ser el exceso de vida que ha prosperado en la tierra y que este sea tan sólo un pequeño lapsus temporal por el que hayan pasado muchos otros planetas, puede que nuestra supervivencia no tenga otra oportunidad, ni sentido ni posibilidad de éxito en otro entorno muy distinto a estas condiciones. Es por ello que si fuésemos mucho más sensatos nos plantearíamos llevar a cabo dos líneas serias de actuación a nivel global que pasarían sin duda por el extremo cuidado, mantenimiento y preservación del entorno actual y por otro el estudio para crear medios artificiales a partir del intento de generar un acelerado desarrollo de las características y condiciones que necesitamos para poder vivir y extrapolarlas a otros entornos a los que sea factible trasladar ese proyecto.

"Los ecosistemas desaparecen, mutan por sí mismos. Puede y casi con toda seguridad que así sea, estén predestinados a la vez a florecer y a fenecer."

"”Ciencia y cosmos” es parte del título de una serie secuencial de obras que hacen referencia a aquellos logros y descubrimientos científicos o tecnológicos que le han permitido al ser humano obtener un salto cualitativo y cuantitativo en su desarrollo.”