Por el extraordinario recorrido que ha llevado a cabo, desde cierto punto de vista aún a pesar de resultar ínfimo hasta el momento, es lógico afirmar que el ser humano que ha tenido éxito, que ha sabido y ha logrado comprender, manipular y reproducir gran parte de los procesos físicos y químicos que se originan en la naturaleza que igualmente en gran medida también se llevan a cabo en el universo dando lugar a avances que le han permitido controlar, crear métodos y sistemas que a priori estaban muy por encima de sus posibilidades. Gracias a la prevención y a la cura de numerosas enfermedades ha conseguido que su población se incremente y que los individuos ahora mucho más longevos se extiendan por todo el territorio acaparando todos los rincones del planeta. Pero ese éxito a cierta escala también acarrea contrapartidas, unos perjuicios para los que se ha de estar preparado si se pretenden evitar alteraciones irreversibles, después de todo con tantos años de historia hemos podido comprobar que nuestro entorno es puro equilibrio, algo que bajo ningún criterio que parta de la racionalidad sería aconsejable quebrantar. Pero la masificación conlleva la inevitable necesidad de atender a las necesidades de una enorme cantidad de población y posiblemente nuestro hábitat no esté preparado para cubrir la demanda que todo ello supone. Ahora nos situamos bajo un dilema, nuestro planeta quedará colapsado en pocos años ante la falta de recursos y el exceso de población, pero ciertos sectores de poder han pretendido adelantarse a los acontecimientos estableciéndose en la posición, por su cuenta y riesgo, de imponer métodos para realizar un control de natalidad y reducción de gran parte de este exceso de multitudes. Es posible e indudable sea necesario llevar a cabo un ambicioso estudio para planificar y poner en práctica una solución urgente a corto plazo, pero lo que es inasumible es que hayan de ser unos pocos los que jueguen a ser dioses. El lobby de la alta posición económica pretende manejar la salud mundial, ordenar el caos bajo el cual supuestamente ellos piensan está sumido el planeta y todo se ha de llevar a cabo según una subjetiva y particular disposición, de la cual nadie duda ellos quedarían exentos, con la insana intención de obviar la voz del pueblo, es decir dejando al margen a los representantes políticos. Somos una gran comunidad cierto, a la cual le cuesta ponerse de acuerdo, muy cierto también, pero que razona y la realidad cierta es que por la fuerza nunca nos han salido bien las cosas, no se admite de buena manera la imposición porque cuando la población comienza a ser considerada como si de un rebaño de corderitos se tratare, tarde o temprano despierta en ella el fantasma de la sublevación.

"Erase este relato, una vez ya establecido el alto tribunal de la inquisición para el control de la población y los recursos mundiales... ¡Cuánto nos recuerda esto a una desgraciada parte de la historia de España! No siempre existe la posibilidad de realizar pruebas con anticipación para poder conocer los resultados, pero tampoco se puede jugar en vano con el dolor y sufrimiento humano"

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”