La mayor pandemia de la historia del ser humano apenas se ha comenzado a padecer. Afecta a todos por igual y de nada servirá la vacuna ni el número de dosis que se suministren porque no surtirá efecto alguno. Es un mal visible que se contagia y se expande con extrema rapidez, es más… nos auto inoculamos el agente nocivo a propia consciencia a pesar de conocer los riesgos y los efectos secundarios que produce. La soledad es la mayor y más extendida enfermedad entre la población mundial, es un mal global en su mayoría autoimpuesto y elegido a sabiendas que conduce al olvido, al distanciamiento y a la depresión. Vivimos rodeados de una enorme multitud de personas, de una ingente cantidad de individuos los cuales casi todos pasan y se esfuman de nuestra vida con la rapidez con que tenemos a bien cruzamos diariamente en paseo o por avenida cualesquiera que se tercie. Es posible que nos hayamos convertido en excesivamente egoístas, sensibles, exigentes e intolerables, lo suficiente como para no compartir nada que no suponga un aporte o un interés inmediato y notorio. Dudo que nuestro ego sea lo suficientemente fuerte como para aguantar la embestida de la indiferencia, la apatía y el desafecto, y nuestra cordura tan livianamente frágil como para perdonar, pues se está creando una guerra de sexos dentro de la sociedad que acabará mermando y provocando el miedo a las relaciones sentimentales y de pareja. En los países más desarrollados en los que este suceso está más ampliamente extendido se crean programas para ayudar a encontrar convivientes, incluso a fingir relaciones de familia o de pareja, de fomentar las tareas de esparcimiento en las cuales forzar el encuentro entre personas de distinto o igual sexo para buscar un complemento a su vida, en realidad esto evidencia el hecho de haber convertido al individuo en un instrumento de trabajo incapaz de establecer conexión con otro medio que no sea el de su actividad laboral. La iteración entre individuos a mermado hasta tal nivel de frialdad que el mero hecho o intención de acercarse a otra persona a compartir ideas o meras aficiones supone en sí una barrera insalvable.

“La burbuja aislada en la que se cobija cada individuo se muestra ausente entre un trasiego de peatones programados para la actividad y dinámica cotidiana”

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”