Deseos, aspiraciones, anhelo, ensueños, quimeras y utopías envueltas en esperanza, rezan escritas o han quedado estampadas sobre miles de páginas encuadernadas, relatos de promesas tantas veces inútiles e inservibles que hicieron sucumbir en el desencanto y truncaron poco a poco la ilusión de cuantas aspiraciones de futuro nacieron a lo largo de multitud de generaciones. Con la justa experiencia de lo vivido y el introspectivo análisis crítico sobre lo acontecido, no se resuelve absurda afirmación el pensar que se han recreado maravillosas narraciones escritas a lo largo de los siglos, todas ellas recogidas en un sin fin de libros, tratados, textos constituyentes e incluso formalizaciones que pretendieron ser base y fundamento para recuperar la concordia y el consenso de multitudes, bien entre rivales o entre quienes aún se encuentran enfrentados. Con ese fin y bajo ese espíritu se estamparon recopilaciones como la archiconocida "Santa Biblia" repleta de narraciones que aleccionaban y adoctrinaban nuestra moral y nuestro comportamiento, o los acuerdos, compromisos y estatutos que procuraron consolidar la formación de los hasta hoy 195 países reconocidos oficialmente como legítimos, que han pretendido ser columna vertebral inequívoca referencia guía para formalizar el deseo de una sociedad mejor y más justa. Pero en el fondo todo ellos, una prolífica biblioteca de textos ideados y redactados por doctos y expertos de cada generación, se antojan exposiciones aparentemente tan sólidas y creíbles como cualquiera de los relatos que forman ese variopinto imaginario repertorio de las novelas de ficción entre las cuales celebramos encontrar los ejemplares del escritor francés "Julio Verne" o más recientemente el norteamericano "Isaac Asimov". Todo ese empeño, el esfuerzo e intentos por alcanzar el acuerdo, el entendimiento y la tolerancia se desploman cual castillo de naipes cuando tan sólo una única carta es incapaz de mantenerse en pie. Palabras escritas a mano cuya tinta desvanecerá entre adormecidos tomos amarillentos carcomidos por el paso del tiempo, folios impresos anónimos sin alma que los rubrique de puño y letra o discursos llenos de palabras que ondean al viento una y otra vez esparcidos por multitud de rincones en los que no existe oído que las retenga.

"El consenso parte de la firme voluntad de llevar a cabo una promesa que no requiere de texto escrito, pero hemos necesitado formalizar tratados y documentos burocráticos timbrados para hacer seria y mucho más creíble la palabra"

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras”