Dialektische und begründete Grundlage, Entstehung der Arbeit
A cierta dificultad o incapacidad para retener o recordar sucesos y acontecimientos personales importantes se le ha dado en llamar amnesia y se dice que es disociativa cuando viene originada por un acontecimiento estresante o traumático como principal causa. Se hace aparente por medio de lagunas en la memoria que pueden abarcar desde minutos hasta décadas de una vida, es una pérdida parcial o imposibilidad temporal de recuperar la información ya almacenada en nuestro cerebro. Por desgracia este trastorno suele ser una afección cuya veracidad resulta algo menos que imposible de demostrar y bajo dicho hándicap se escudan algunos individuos para eludir o bandear situaciones en las que se ven inmersas habitualmente incómodas, que en muchos casos nada tienen que ver con dicha discapacidad. Suelen estar ligadas a hechos penados, mal vistos o castigados ante los cuales se busca un eximente que otorgue perdón o reste su importancia. Ya al margen de hechos delictivos y del intento de subterfugio al incurrir en situaciones en las cuales participa la justicia, el eximente de la inconsciencia y del olvido parece ser un recurso habitual ante el cual nunca sabremos, a juicio de la verdad, diferenciar entre si ha de ser considerado algo de carácter involuntario o simplemente más que una intencionada e interesada negación de la verdad en respuesta a un cambio de idea o de planteamiento. Aún no disponemos los medios ni los conocimientos para descifrar el funcionamiento de esta parte de nuestro cerebro con suficiente certeza para determinar en qué momento se trata de algo preconcebido. Por lo tanto y amparados en tal excusa, no resulta difícil encontrar entre nuestros dirigentes y más corrientemente entre candidatos a la presidencia, el hábito de hacer del olvido una singularidad a la cual se le resta importancia. Valedores de una más que dudosa ética y más que una reprochable palabrería en sus vacíos discursos, jamás admitirán haber mentido, engañado o deformado la realidad y si así fuere jamás llegarán a reconocerlo, pues ello conllevaría asumir la equivocación y por pura decencia supondría el cese o la dimisión de su cargo, cuan menos algo impensable en esta tan lucrosa como deseada profesión. Una deriva o un pretencioso interés en la toma de decisiones será motivo suficiente para adaptar y reacondicionar su alegato a una nueva mentira argumentando el cambio de escenario o de las condiciones estructurales que han llevado a la toma de tales determinaciones y en respuesta a ello tan sólo expelan vagas y ambiguas frases de las que a modo de válvula de escape se compilan el manual de todo proyecto de político, neófito, sumido aún en el desconocimiento y la ignorancia, un verdadero insulto a la inteligencia o un carente respeto por sus conciudadanos. Este tipo de amnesia es al parecer un mal menor, una disculpa que no exige precio político y por tanto, perdónenme mi recelo a la hora de mantenerlo bajo sospecha.
“Espacio inaccesible en el que se agolpan recuerdos posiblemente inutilizables. Puntos de la memoria perdidos, que no sabemos si en algún momento seremos capaces de recobrar”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras”