Una importante parte de nuestro cerebro podría verse seriamente afectada y perjudicada cuando se le somete al azote de tener que asumir o contemplar de continuo, multitud de asuntos escabrosos y desagradables. La psique no es capaz de soportar por tiempo ilimitado con firmeza y sano equilibro el martilleo de ese castigo psicológico, esto acabaría por hacerle mella y los daños que esto le podría ocasionar a medio o largo plazo serían irreparables. La máxima que aconseja al individuo a vivir en positivo o a relativizar las cosas para relajar el estrés mental nunca fue más cierto. En realidad, no le benefician en nada un hostigamiento prolongado de noticias ingratas y negativas, pero apreciando esta premisa y haciendo una comparativa, podríamos afirmar a igual modo que tampoco le favorecen cuantos mensajes insípidos e insustanciales, vacíos de contenido, tendentes al chismorreo o el cotilleo acerca de cuantos personajillos fútiles aparecen y desaparecen a diario en los medios, en ocasiones propagandísticos, con los que los medios contaminan a su público. Esta es una práctica de enseñanza pedagógica equívoca que despedaza la avidez y la lucidez intelectual de quienes aún no han madurado. Ese punto de inflexión que marca distancia entre modelar la mente atraída por la inquietud del saber o en su caso hacia la perversión y el morbo, es el cisma que hay que prolongar hasta su punto más álgido para en lo posible evitar la amenaza de caer en la mediocridad y la ignorancia. No es deseable una sociedad repleta de ciudadanos desinformados, inconscientes e incultos, eso tan sólo beneficiaría a quienes pretenden el totalitarismo o en su caso quienes pretenden contrarrestar las mentes lúcidas y capaces para evitar ser ellos mismos quienes sean motivo de burla y del ridículo ante la falta de argumentos y un suficiente nivel de conocimientos. Obnubilar el cerebro con hechos, situaciones y testimonios triviales de individuos que poco tienen que aportar más allá de exponer a escarnio público las adulteradas calamidades, en muchas ocasiones falsas o exageradas de sus vidas, hasta la saciedad para con ello aparentar un desmesurado drama que sumerja al espectador en la congoja y las lágrimas, no es más que una burda manera de fomentar el morbo por pura diversión y perversión.

"Posiblemente no haya nada más fácil de modelar que el cerebro humano. Con una tremenda capacidad para absorber cuanto le aborda, resulta ser una esponja qué por desgracia en muchos casos, carece de la idoneidad de discernir entre la evidente conveniencia y la absurda futilidad"

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras”