Dialektische und begründete Grundlage, Entstehung der Arbeit
No es por menos curioso observar en qué modo jóvenes y adolescentes, cuan teóricamente por su vitalidad disfrutan de una buena salud y más longevidad que el resto de los mortales, se hacen eco de la expresión que reza como "Carpe Diem" o lo que es lo mismo traducido del latín "coge el día" (aprovecha el día) para otorgarle el aforismo de vivir el momento como si ello fuere lo último que pudiere ocurrir en la vida. La fugacidad del tiempo nos hace comprender que el transcurrir de los días se sucede con suma rapidez y de ello adultos y ancianos hacen partícipes con premura a nuevas generaciones que no tardan en concluir que una sabia manera de sacarle partido a cada instante es aprender a apreciar el momento con intensidad y plenamente, después de todo nunca sabremos dónde y cuándo sobrevendrá el fin del camino y hasta ese punto esto le otorga plena razón. Pero si esa máxima la extrapolamos a la posiblemente errónea mentalidad e interpretación de un individuo con un perfil bajo de madurez, casi con total seguridad acabará malinterpretándose y al final de cuanto se supone no es sino una referencia a cómo saber disfrutar la vida con acierto e inteligencia sabiendo sacar buen provecho a lo que se lleva a cabo, acabará convirtiéndose únicamente en la excusa perfecta para dejarse llevar por el pasotismo, el delirio, la bulla, el desparrame, los narcóticos y el alcohol. En la celebración de fiestas masivas, actos de recreo multitudinario o reuniones públicas en las que se hace excesivo consumo de alcohol, no sorprende que una tras otra, cada velada acabe con algún que otro joven atendido por coma etílico o bien de una sobredosis por estupefacientes. Las grandes mafias que controlan el mercado de productos señalados como nocivos e ilegales conocen de primera mano la aún débil mentalidad de la juventud y la facilidad con que se dejan llevar, encontrando en estas reuniones multitudinarias la oportunidad perfecta para introducir todo tipo de sustancias dependientes, que por cierto cada vez son más nocivas, suelen estar más adulteradas y a las que se agregan compuestos de muy elevada peligrosidad. La ingenuidad de la edad, la curiosidad y el ansa de notoriedad pública o de sobresalir en su círculo más próximo, tal vez de aparentar ser pionero y estar en onda, les impide discernir hasta qué punto esa manera de vivir al día les conducirá por su puesto a estropear su propia existencia o su calidad de vida, hipotecando con ello también su futuro y por supuesto acercándose cada vez más a los últimos momentos de su vida. Sin duda para la mayoría de ellos, tras la juerga amanecerá un nuevo día y a su cuerpo no le quedará más remedio que aprender a gestionar dicho exceso cuando no abuso, comenzando la regeneración para aminorar los daños, pero no sin ciertas secuelas quizás irreversibles que se irán sumando y apilando sobre su físico, pues no sólo es el tiempo el que pasa factura. Este es el lado poco amable de vivir al día desde la exageración y la resaca.
"El conocido como "botellón" se ha convertido en una masiva manifestación de fiesta y júbilo de marcada rebelión juvenil que lleva a prolongar la noche hasta altas horas de la madrugada, en la cual corren libremente el alcohol y estupefacientes sin medida, motivo suficiente con el que algunos logran romper complejos, tabúes o simplemente con su más próxima, escasamente asumible y discrepante realidad"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”