Dialektische und begründete Grundlage, Entstehung der Arbeit
Nos sobran ojos para gustarnos y nos falta tiempo para escucharnos, para recriminarnos con espíritu crítico. Quizás la soberbia sea una propiedad útil como recurso para otorgarnos salida airosa a esta forma de vida que se resuelve cada vez más competitiva y tensa, que juega al descarte, en la que resulta imprescindible empujar para no ser pisado, eso sí, tiene como eximente e única virtud curtirnos con la indiferencia cuando alguien pretende hacernos objetivo malintencionado de la humillación y la afrenta, pero no por ello deja de resultar equívoca. Pasa por ser un estado de arrogancia que sobrestima las facultades particulares descuidando la sana capacidad que ha de prevalecer en la persona de ecuánime e imparcial. Es lógico que suscite el desprecio generalizado pues tiene como propósito elevar las aptitudes y capacidades personales del individuo con oropeles potenciando su ego, infravalorando a la par y subestimando las aptitudes de lo ajeno, de hecho, impide conocer la verdadera medida del talento y la agudeza intelectual en primera persona. Es indudable que ser arrogante anula ese juicio cuestionado que nos permite avanzar hacia el autoexamen, valor único auténtico, sólido fundamento para ser creíble y aparentar una opinión objetiva. No es del todo fiable si las opiniones que nos llegan proceden a menudo de nuestro entorno más cercano y amable, esa no es precisamente una referencia válida, en ella incurren criterios de interés y de afecto personal. Es preferible caer en la modestia que excederse en el engreimiento, eso sí, sin perder ni dar de lado la autoestima. Para conocer el lugar en el que nos corresponde estar es perentorio bajar de vez en cuando el listón, descender al igual que auparse mentalmente a distinto escalafón para saber apreciar el valor de las cosas desde las muy distintas perspectivas. Con facilidad tomamos posición de enjuiciador y poco nos gusta admitir la opinión crítica, nos sobran argumentos para pronunciarnos acerca del ajeno, emitimos sentencias y veredictos con clara intención de exponer en público cuantas carencias e imperfecciones sean posible de los demás, pero esto en realidad lo que oculta es vilipendiar a unos para proyectar y potenciar la imagen personal.
“Ni flagelación ni protagonismo, aprendamos a ser tan críticos y exigentes con nosotros mismos como lo somos con los demás”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”