Dialektische und begründete Grundlage, Entstehung der Arbeit
¡¡Personas!! somos únicamente eso... sujetos autodenominados como humanos, con nuestras rarezas, extravagancias, excentricidades, caprichos y obsesiones, pero en la necesidad y la obligación de entenderse a la vez de con una aparente intención, quizás aspiración por apartarse y alejarse no sólo de los demás sino hasta de nosotros mismos. Tenemos el privilegio de poder acercarnos sin sufrir daños, sin procurarnos un mal, hoy por hoy no nos devoramos los unos a los otros, somos civilizados o así es como nos vemos, no sé por cuanto tiempo más, pero al menos podemos hablar entre individuos sin que invadir su espacio vital suponga un riesgo, porque disponemos de un enorme potencial entre las palabras, los gestos y las formas adecuadas para hacerlo. Todo en su conjunto es un completo lenguaje que envuelve y apoya a los vocablos, los arropa para que no suenen ofensivos, para que no hieran sin intención. Siempre que surge la ocasión para aproximarnos, bien de manera fortuita o por necesidad, y entablar conversación con alguien aun siendo muy someramente, por lo general acabamos asintiendo y reconociendo que no era un individuo tan deleznable como supuestamente nos parecía a simple vista, pero con total probabilidad la coraza que nos hace sentirnos seguros nos predispuso con bastante anticipación a adquirir cierto nivel de prejuicio acerca de lo que creímos que era. Quizás esa persona no diste mucho de nuestro pensamiento ni de nuestra manera de ser y casi con total seguridad sea mucho más lo que nos una que lo que nos separe de ella. Dicen que el diálogo y la diplomacia han de prevalecer por encima de la fuerza bruta y de las armas, más allá de la intolerancia y del prejuicio, pero casi siempre y curioso es, que en la época de la comunicación en que vivimos aún esto, sea de lo que más adolecen nuestras relaciones. Pero indagando en el fondo extraemos en conclusión que la falta de entendimiento pasa por el escaso o nulo respeto y educación, algo que casi siempre brilla por su ausencia, apuntando ser este motivo la principal causa de la controversia y la disputa. La incapacidad para expresarse es un hándicap tremendo que levanta un muro casi infranqueable cuando se pretende comprender a los demás. De nada sirve tener claro lo que queremos trasmitir o cuáles son aquellas inquietudes que nos violentan, incomodan o apasionan si no encontramos el argumento ni la forma de expresarlo. Pero existe un último motivo que arrasa con cualquier consideración por muy convincente que esta fuere y pasa por el egocentrismo, algo totalmente incompatible con la reflexión y recapacitación. El diálogo no es un simple intercambio de palabras y de pareceres con el propósito de obtener el desahogo de quien con preocupación expone o hace pública una preocupación, es mucho más, es la reciprocidad de querer escuchar y oír con la capacidad e intencionalidad de entender todo cuanto a propios y ajenos inquieta.
"El humor puede cambiar en cuestión de segundos y el ritmo cardíaco dispararse y alterarse hasta rozar extremos. El tono de la voz se volverá bronco, rudo, serio y el matiz de piel en ocasiones palidece, pero todo ello no es más que una forma de incomodar e impresionar al opuesto con la brutalidad"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”