Dialektische und begründete Grundlage, Entstehung der Arbeit
"La vida es curiosamente extraña... llegamos a ella sin nada, pero somos capaces de sufrir y de dejamos la piel por conseguirlo todo para al final tener que abandonarlo e irnos sin nada. Lo único que dotaría de sentido esta dinámica de irracionalidad sería una imperiosa necesidad por sentirse admitido, reconocido y en casos extremos con claros indicios de enfermedad mental, ser idolatrado" Desde los primeros tiempos de la humanidad en todos aquellos personajes que han quedado ilustrados sobre nuestras primeras crónicas y nos referimos a emperadores romanos e incluso a día de hoy coetáneos, atisbamos remarcados indicios de un marcado interés por dejar huella, por ser venerados y tratar de pasar a la posteridad como si de un dios se tratase. Con menor ineptitud sucesivas generaciones han depuesto de dicha idea no cesando en buscar a igual manera el modo de sobresalir para lograr ser enaltecidos, en ocasiones de manera desinteresada y en otras en reñida puja por obtener dicha recompensa intentando sobresalir de entre sus competidores. En realidad es igual si esto se lleva a cabo de una forma más o menos honesta, si el personaje resulta ser conveniente en beneficio para la humanidad o por el contrario resulta pernicioso y despreciable como ejemplo para ella, pues en ambos casos concurrirán hacia el mismo logro, alcanzar la perdurabilidad para que su huella no se borrare en el tiempo, lo que los antiguos denominarían como perseguir la inmortalidad. La historia nos ha demostrado que para perpetuarse por los tiempos; para lograr esta obsesiva sempiternia no hace falta ser un héroe ni un iluminado, ni un docto o un facultado, simplemente con ser un despiadado déspota con la más mínima carencia de escrúpulos ya será suficiente mérito para acabar en la cima de los reconocibles o reconocidos. Todos aquellos proyectos que por tiempos han llevado al fracaso a la humanidad y que han sido perpetrados por mentecatos, no han desaparecido de nuestra memoria, nos hemos esforzado en retenerlos tanto o más como si tratase de los mejores momentos de la humanidad y ello se apoya en la anotación que el filósofo estadounidense de origen español "George Santayana" reseño en su libro "La vida de la razón" con estas palabras: "Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo" y siendo así de rotundo y convincente, asumiendo como cierta esta reflexión, nos hemos lastrado de por vida con los deplorables méritos de aquellos canallas que hicieron un terrible daño y mal a la humanidad. Por tanto éstos individuos por desgracia, perdurarán en la memoria colectiva y en nuestros libros de historia de por vida.
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”