Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
Una reseña a la construcción inacabada y finalmente derruida de un edificio de costa en la cala de poniente de Benidorm, de la cual se me formuló sería un pequeño faro cuando en realidad tenía como fin un sitio de restauración. Un trabajo realizado al natural en dos sesiones de un par de horas de trabajo cada una, que logró por la rapidez del mismo, atraer la atención no sólo de todo aquel que por allí circundaba, sino también la de algún que otro artista que en ése mismo instante estaba realizando igual trabajo contiguo a mí, en una disputa de caballetes que se podría decir.
¡Gran pesar mi añorado faro!
Tú que viviste y no pudiste
tú que quisiste y no lo fuiste
sereno observador, vigía y custodio.
Cierras los ojos, abres de par en par la boca,
en aburrida somnolencia sucumbes o quizás
bajo la mera apatía de quien caído en el olvido
y la desidia, te resignas a hacer acto de presencia.
Deseaste por menos congregar
ávidos viajeros, transehuntes o curiosos
a quienes calmar su sed, pues jamás naciste
para iluminar o para enfrentarte a vientos y mareas.
¡Aguanta!...¡Fuerte!... Planta cara y muestra dureza
No hagas de ti lugar de retiro sino de la belleza el motivo
Pues algún día alguien hará valer tu entereza,
se sabrá seguro, has sido fiel amigo y mejor testigo
¡Oye ven!... ven y divisa el mar lejano
A todos pides, desde cualquier punto hasta bien lejano
que tarde o temprano el sol saldrá y no en vano
para acariciar la vida y hablarnos en susurros.
¡Fluir vida al pequeño faro!
Que jamás quiso ser derruido,
pleno de vida pero siempre en entredicho
¡Dadle que aún le faltan, los latidos de su corazón!