Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
La naturaleza nos muestra todo su poder, su grandeza y su seducción, nos empequeñece cada vez que creemos tenerla atrapada. Nos azota cuando contravenimos sus normas y nos hace entender que la tormenta por fuerte que parezca pasa y que tras ella asoman los primeros rayos de luz, amalgama de color que empapa todos y cada uno de los elementos a los que envuelve. Es la reconciliación con el entorno natural. Perdura apenas escaso tiempo el enojo, de repente olvida, no se empaña en el rencor del que no desea ampararse bajo la redención. Ese brillo de luz solar nos da un lapsus de tiempo para el respiro, el de la inhalación de un nuevo aire que con olor a humedad se toma a cortos y tímidos sorbos. Aire puro que revive y que hay que saber dosificar y a la vez si se pudiera en una gran frasco de cristal transportar para más tarde apurar y a través de su cristal apreciar esa pureza, la transparencia y su increíble belleza, la de no aparentar ser nada y tener la facultad de ser el todo, el medio vital. Esa la idea de éste proyecto.
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”