Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
Nuestra sociedad se vanagloria con reiterados esfuerzos que lo ponen de manifiesto. Con intentos de parecer enormemente complaciente. Resulta ser lo suficientemente abierta, tolerante y justa como para entender que no se ha de menoscabar empeño cualesquiera cuyo final resultado permita mantener latente un espacio vital para el ejercicio de la miseria. Muestra desapercibido todo intento de eliminar aquello que da por asumido como de inevitable, daños colaterales de un sistema bajo el cual la productividad se brinda como medio único óptimo para propiciar a la persona un emolumento, aunque resulte mezquino, que le permita sustentar sus necesidades básicas, si es que llega a su conocimiento entender cuáles son esas carencias mínimas. Un sistema que instrumentaliza al individuo como puro elemento mercantilista, al que sin respeto arrolla con ilegales tropelías que pretenden ser garantes de la dignidad de su persona, eso sí, siempre y cuando todo ello quede convenientemente encubierto y no resulte públicamente notorio. Pútrido sistema que procura la miseria a todo aquel que no trata de ser ambicioso y vuelve miserable al que lo persigue sin escrúpulos. Mezquina conducta sin miramientos que aclama a los cuatro vientos un vendaval millonario de beneficios anuales para las grandes corporaciones en pro de alentar la inversión de futuros copartícipes y accionistas. Burdo sistema que permite comercializar con el trabajador dentro de un juego que indaga el modo de incautar su salario antes de haberlo percibido.
"La exuberancia y la riqueza delimitan espacio vital para que persista la miseria y la pobreza."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”