No existe máquina de mayor perfección, precisión y firmeza que la que es capaz de soportar en activo de principio a fin todo un largo ciclo de vida sin apenas dar síntomas de carencias o debilidades. Casi con una media de 2.800 millones de palpitaciones convertidas en pulsos vitales, sin descanso, pausa, interrupción o demora contrastada en tantos y tantos millones de seres vivos en los que estuvo y está presente, la víscera cardiaca es una inagotable bomba de empuje, motor indispensable que posibilita lubricar y movilizar al resto de órganos y que está sometida con demasiada frecuencia a una desmesurada tensión, resultado de un exigente y creciente acelerado ritmo de actividad. Este órgano se ve abocado cada vez más a rozar los límites de la extenuación y de su vulnerabilidad. En los grandes núcleos de población en los cuales se vive bajo un continuo estado de ansiedad y excitación nerviosa, nuestro corazón comienza a dar síntomas de agotamiento y estrés, suma del esfuerzo añadido que supone vivir bajo presión. Se eleva su frecuencia, se revoluciona su actividad y como consecuencia directa, en el mejor de los casos, esto se resuelve en una hipertensión crónica.

"En el interior de la frenética actividad cardiaca."

““Cálculo regresivo” es parte del título de una serie secuencial de obras que, incorporando la ordenada merma de cada uno de los años acaecidos, pretenden hacer recuento ilustrado de las causas que inducen a la progresiva involución del modelo de sociedad actual.”