Resulta simple y llanamente imposible mantener en todo momento el gobierno sobre nuestra propia psique. Somos animales racionales, aún con instintos básicos indómitos y eso no ha sucedido así por casualidad, forma parte del sabio aprendizaje evolutivo con que la naturaleza ha dotado a los seres que habitan éste planeta y que tiene como único fin el de preservar la supervivencia y una consecuencia directa, la de tener mayor descendencia y con ello un mayor número y probabilidades de tener éxito. En realidad muy a menudo al género masculino le aflora ese pulso animal que le incita a participar de relaciones fuera de su pareja. La monogamia es algo que nos hemos auto-impuesto los seres humanos, hecho que limita la prole, pero que a su favor podemos afirmar nos asegura hijos con un mayor nivel de empatía y socialización. Si no existiese un preciado interés por cuidar celosamente de la descendencia, el espíritu humano de solidaridad y convivencia sería prácticamente nulo, lucharíamos constantemente por no ser aplastados por el prójimo. De esto es fácilmente deducible que el hombre permanece en una constante fase de desarrollo de su cerebro y a su vez merma de su instinto animal. Al final su propio cerebro ha intercambiado el ciclo natural de supervivencia salvaje por el de supervivencia civilizada. La educación nos dota de la capacidad de autocontrol pero aún, nos guste o no, existen comportamientos que requieren del más puro acto instintivo-impulsivo para consumar por ejemplo las relaciones sexuales. No se le puede culpar al ser humano de su procedencia u origen ya que la generalizada sensibilidad adquirida recientemente le conduce a pensar que lo que con anterioridad ha venido haciendo ahora es repulsivo y deplorable.

"El individuo y su psique, alianza en connivencia unas veces reñida y enfrentada y otras confabulada."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”