Una sociedad tan solo puede tener proyección de futuro si esta correctamente constituida y organizada. Dentro de ese ámbito todos sus individuos interactúan conforme a unos estamentos preestablecidos por los que acabarán siendo, de una manera u otra, “catalogados” según su posición económica, condición política, nivel cultural, etc… Esto obviamente es algo que se contrapone al derecho de igualdad, pero sin duda alguna la igualdad es algo totalmente incompatible con un sistema jerarquizado. Una vez asumido esto, es fácil entender que dentro del triángulo piramidal de toda jerarquía, es más que supuesto se han de posicionar en la parte superior todos aquellos elementos más efectivos e imprescindibles (cosa distinta es que esto se lleve a cabo) siempre y cuando busquemos la óptima eficacia del sistema e irá mermando a diferentes escalafones según vayamos descendiendo hacia la base final de la pirámide, en la cual se habrían de ubicar aquellos individuos más prescindibles. Pero en el grueso de las sociedades conocidas, acaban destacando por encima de todos ellos las denominadas figuras del “influencer”, que no son otra cosa que personajes no siempre lo suficientemente preparados pero que, por una y otra condición cual no procede valorar aquí, logran estar muy bien posicionados y capaces de rodearse de quienes le permiten mantener ese estatus a la vez de generar una red de influencias a la que abastecen y de la cual se abastecen. Dichos individuos, por desgracia, gracias a su eco social acaban siendo referencia a seguir e imitar por una gran cantidad de personas.

“Influir y ser influenciado, bajo ambas condiciones se actúa diariamente desde el más pequeño hasta el más alto de los niveles. Intentamos aplicar influencia en nuestro pequeño entorno y a la vez el entorno nos impregna de influencias ajenas. Pretendemos llegar a ser más influyentes para dotarnos de influencias que nos favorezcan y a quien favorecer que nos haya correspondido.”

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”