Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
La vida no es precisamente un sueño o al menos no lo es para la mayoría de los mortales. Apenas una muy escasa minoría de privilegiados tendrá la oportunidad de vivir envuelto en una nube rodeado de valores que con sencilla facilidad distorsionarán su visión de la realidad. En contrapunto se puede afirmar con propiedad que para el resto del mundo la vida consistirá en buscar o pretender buscar el modo o manera de hacer de ella algo de fantasía, la de cumplir una ilusión que posibilite alcanzar metas que le permitan entender que soñar es posible. En esa encomienda y puesto que los avatares diarios ponen cuesta arriba la pugna por trepar escalones, disuasoriamente nos equipamos con todo tipo de elementos y opciones de ocio que parcialmente empañen la rutina de quimeras y fantasías que nos hagan vivir algo parecido a un sueño. Pero eso es tan solo un espejismo, en realidad no se deja de lidiar en un gran campo de batalla en el que a pesar de estar dotados de una gran preparación resulta imposible salir ileso, en una contienda en la cual no todos luchan desde la misma posición ni con las mismas armas, en la que no se para uno tras otro de recibir golpes, varapalos, acabar vapuleado y hasta en ocasiones sentirse hundido en la miseria o en una interminable depresión. Ante esa situación el único recurso que resta para volverse fuerte es acostumbrarse al dolor y a los golpes, restituir las heridas, aprender a renacer y a resurgir percatándonos de que es posible adquirir una gran capacidad para tolerar el dolor y volverse indiferente a la adversidad. La didáctica que inculca la vida es la de que con empeño, afán y constancia se logran resultados eso sí, bajo la doctrina de arrollar, empujar y golpear primero para evitar ser apaleado a costa de perder por el camino gran parte de la sensibilidad y de la flaqueza.
“Cuando se nos plantea la cuestión de adquirir madurez no se nos propone en realidad otra cosa más que apartar las quimeras de nuestra mente para centrarnos en el empeño por encontrar un hueco en el cual ubicar nuestra vida dentro de ese escenario ya instaurado. Pero de una forma u otra madurar suponer resucitar, reinventarse a uno mismo, olvidarse de parte de nuestra condición para afrontar nuevos retos."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”