Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
El modelo productivo que se gestó y desarrolló a partir de la denominada revolución industrial iniciada a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX que nos introdujo en la dinámica de un incremento de los volúmenes de fabricación en masa desorbitados está tocando a su fin. Ha surgido de este modelo un gigante especializado con la capacidad de abarcar y monopolizar la mayor parte de la producción mundial como lo es China, que nos han demostrado que fabricar apenas cuesta nada. Se han creado sistemas de elaboración en los cuales la mano de obra prácticamente resulta innecesaria y el coste de las materias primas casi ínfimo. Esta gran capacidad y competitividad ha llevado a la industria hacia un exceso de producción que aparte de absorber y esquilmar los recursos naturales ha generado una oleada de consumismo derrochador innecesario. Estamos en ese momento en cual es necesario rebajar a la mínima expresión los precios con el único fin de darle salida al producto para así no detener la espiral productiva. Durante bastante tiempo el punto fuerte bajo el cual se regía este sistema económico-productivo ha estado basado en la búsqueda de lograr manufacturar lo máximo al mínimo coste y bajo ese precepto la industria implantó grandes naves de elaboración y con ello se creó una nueva necesidad, la de crear gigantes centros de distribución y logística para almacenar el producto a la espera de que surja la demanda. Es ahora cuando los grandes centros comerciales y de venta al consumidor final comienzan a tener un papel predominante y fundamental pues serán ellos quienes puedan dar salida a toda esa mercancía. Ante la necesidad de generar venta e incapacidad de elaborar un producto de más ínfima calidad cuya duración fuera menor, ha sido necesario crear la obsolescencia programada o cambios premeditados de versiones de software que vuelven inútiles a los dispositivos en uso, pensados para que pasado un tiempo el consumidor se vea obligado a cambiar de producto sin que este mostrara deterioro alguno. Pero resulta inviable producir más y más rápido puesto que no se ha creado un modelo y las condiciones necesarias para eliminar o reciclar el producto residual desechado.
"Actividad en los altos hornos. La siderurgia fue uno de los principales motores de la revolución industrial."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”