Nos equivocamos desde el mismo momento en el que intentamos establecer diferencias claras entre lo que se ha de considerar real o verdadero y lo aparente o falso. No existe apreciación objetiva que aporte una idea clara entre aquello que hemos de considerar como realidad cierta y realidad ficticia, este será siempre un mero factor subjetivo, más aún cuando es improbable demostrar que lo irreal no pueda llegar a estar sucediendo en alguna otra parte del universo por el simple hecho de que nosotros no estemos capacitados para apreciarlo. Todo, incluso lo inconcebible, resulta más verosímil ahora que hemos comenzado a percatarnos de la realidad de un universo cuántico en el que se multiplican las probabilidades de que esto pueda estar sucediendo a pesar de que no siempre seamos capaces de advertirlo por medio de nuestros sentidos. Es por ello que sería más correcto hablar de una realidad efectiva bajo la cual hemos instaurado todo nuestro sistema actual de vida. De esa manera seremos capaces de discernir más claramente entre lo que nuestros sentidos pueden entender como real y lo que nuestro conocimiento en un futuro nos revele o descubra como posibilidades de realidad, al fin y al cabo todo es relativo.

"El modo en que se asumen las consecuencias y desenlaces, los distintos planos que utilizamos para priorizar los propósitos, las perspectivas con que proyectamos nuestras intenciones y las distintas maneras de ver y enfocar las cosas, hacen que no haya dos realidades iguales."

“”Ciencia y cosmos” es parte del título de una serie secuencial de obras que hacen referencia a aquellos logros y descubrimientos científicos o tecnológicos que le han permitido al ser humano obtener un salto cualitativo y cuantitativo en su desarrollo.”