Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
Una sociedad que pretenda ejercer y mantenerse bajo los pilares de la ambigüedad, que no sepa establecer un nítido concepto ni eduque con una clara idea de lo que supone o significa el bien y el mal, lo real y lo imaginario, no puede tener argumentos sólidos que le permitan legislar de forma correcta y equitativa. Cuando los ciudadanos de una globalidad son incapaces de discernir entre lo verdadero y lo falso como resultado de no haber recibido una correcta información que les permita diferenciar entre ambos valores no se les puede hacer responsables únicos de las consecuencias de sus actos. Si es esto lo que sucede o puede estar sucediendo, en realidad urge la imperiosa necesidad de restablecer valores que sostengan un verdadero juicio de razón para así evitar caer en el caos como resultado de solapar preceptos o evitar que estos llegaran a contradecirse. Postular y promover un "contra todo" es la mejor manera de auto-destruirse. Abordar el futuro con ojos tapados ignorantes de la historia o ir a contracorriente de lo aprendido, en dirección opuesta a lo establecido, es tan simple y llanamente desaparecer. Lo llevado a cabo tiene que servir de catapulta para mejorar y pulir aquellos aspectos que no funcionen bien, no se trata ni consiste en partir de cero demoliendo todo lo construido. Empezar desde el principio nunca es mejor que corregir los defectos de construcción si no se está seguro y no se puede corroborar que la base desde la que se parta sea con mucho mejor y pudiese quedar completamente contrastado que así es. Todo ello en el supuesto que existiese la opción de poder partir de la nada. Difícilmente me temo exista procedimiento que pueda asegurarnos que en el tiempo lo nuevo no acabe por estar igualmente viciado, deformado, roído u oxidado. El aprendizaje que nos ha aportado la experiencia nunca bajo motivo alguno deberá de ser ignorado para evitar caer en iguales errores, es por ello que obviar lo aprendido no es nunca la mejor solución.
“El Simbiosismo como base y fundamento de una contracultura regeneradora.”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”