Cuántos cuerpos y almas sin consuelo, desamparadas y sin alivio se han marchado con prontitud sin tan siquiera haber dado lugar a imaginar que ese y así habría de ser el momento de la partida. Viaje sin retorno, exento de equipaje, pleno de serenidad y de innumerables vivencias, quizás de amor, de sufrimiento y de pesadumbre pero en definitiva también de soledad y de vacío. Trayecto sin más destino ni compañía, recorrido que habrá de atemperar uno tras otro los pasos que nuestros pies ya no habrán de dar, pero que sin más remedio serán colofón de lo que fue una única e irrepetible historia. Un adiós definitivo, una despedida sin lágrimas, sin abrazos, un camino de obligado regreso en sigilosa tristeza por el túnel del olvido hacia donde la materia ya no tiene sentido. Cuantos seres queridos han quedado enmudecidos en la incredulidad al ver cómo en tan apenas dos o cuatro días alguien cercano a su entorno ha desaparecido, a cuántas familias se les ha arrancado una parte de su vida, un trozo insustituible. Mucha necesidad ha quedado baldía, la suficiente como para toda junta haber dado tiempo a que supieran cuánto se les quiso y cuanto se les echará de menos. No habrá oraciones de despedida suficientes para clamar minutos de su presencia en los que pedir perdón y multitud de agradecimientos por lo que tan desinteresadamente nos han dado, nos han enseñado y ayudado. El halo de su energía se desvanecerá entre el resto de materia interestelar, anónima entre la ingente cantidad de estrellas que ahora empapan la bóveda del firmamento, vigilantes guardianes de amortizar nuestra caída. Por suerte el amor es etéreo, incorpóreo como ellos lo son ahora, porque ahora forman parte de lo sublime y de lo intangible, de lo esencial e irremplazable y la estela de ese sentimiento siempre les acompañará.

"Marmórea y fría piedra, que recibes al gélido invierno con apesadumbrada y estoica tristeza tanto como con reverberada calidez amparas al estío."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”