Resulta difícil asumir, quizás duro admitir que los buenos tiempos no perduran por y para siempre. La experiencia nos cuenta que se participa de períodos limitados de mayor o menor bonanza. Que los momentos de exuberancia no se prolongan y que como casi todo en la vida participan de un ciclo de oscilaciones que pasa con rapidez de la abundancia a la escasez. La inestabilidad en el ser humano es ya una constante y forma parte de su empeño el hecho de luchar contra las adversidades que hacen que esto siga siendo así. Por siempre ha tratado de mantener el equilibrio y la regularidad, base en la que se sustenta la prosperidad, pero sus propios litigios y disputas así como las amenazas a las que de manera inesperada se ha de enfrentar, ponen a prueba su perseverancia y le impiden que pueda acomodarse en la tranquilidad. Bien es cierto que a lo largo de su historia ha logrado avanzar en este sentido, pues sin duda hoy en día a pesar de existir una mayor densidad de población, ha logrado organizarse en mejor manera para que esto le genere un menor número de disputas en su proporcionalidad. Pero aún así no se siente seguro bajo el miedo y la incertidumbre de un entorno cambiante. En los momentos de prosperidad, cuando logra que estas variables apenas le condicionen, la civilización toma velocidad, avanza en una gran mayoría de aspectos y mejoras, pero parece que le resulta difícil prolongar esta situación a lo largo de varias generaciones ¿puede quizás que esto sea un suceso vinculado a la inexperiencia de la que participan las generaciones nóveles...? ¿Es nuestro modo de transmitir e instruir, partiendo de la experiencia vivida, un procedimiento acertado...? ¿Es ésta la válvula de escape de una olla a presión gestada a partir de la desigualdad y el descontento social con la que algunos no están de acuerdo...? pero ¿por qué las nuevas generaciones a pesar de conocer la historia se empeñan en repetir una y otra vez los mismos errores olvidando sucesos acaecidos, obviando caminos ya transitados que le han inducido a recaer con total seguridad en el dolor y el desencanto...? Ciertamente el ser humano busca la mayor prosperidad, es inconformista con su situación y con su entorno pero a la vez es acomodado, lo quiere todo con el mínimo esfuerzo y esa es una fórmula difícil de conjugar puesto que la idea de prosperidad que se ha establecido va asociada al esfuerzo y no todos estamos dispuestos a poner igual de nuestra parte para conseguirlo.

"Tras el bienestar y la comodidad de quienes durante largo tiempo han disfrutado del maná que procuraron las crecidas semillas de la opulencia, se presagian horizontes turbios, de gris opaca oscuridad que posiblemente hagan temblar los pilares del modelo de sociedad."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”