Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
A veces la crudeza y dureza con que ciertas situaciones y acontecimientos, resultado no precisamente de sucesos naturales sino como consecuencia de la interacción entre humanos, fustigan nuestra vida, nos han obligado a forjar un caparazón para salvaguardar y proteger nuestra sensibilidad de los impactos emocionales, algo que nos sirve de muro de contención para evitar caer en una profunda espiral de apatía y depresión. Un filtro que tamiza todo aquello que supone un perjuicio para nuestro bienestar a la vez que para la convivencia, una peligrosa pantalla que sin embargo a la par de dotarnos de entereza, nos vuelve indiferentes ante el dolor ajeno. Sobrevivimos encerrados dentro de un gran armazón que se va incrementado con la suma de capas que añade la madurez, una coraza estructurada en hormigón origen a la callosidad que el dolor ha ido poco a poco construyendo y que consigue acotar nuestro círculo de confianza, curtiendo en desconfianza y recelo hacia todo individuo y hacia todas cuantas cosas se encuentren al margen del mismo. Nos enterramos en vida para subsistir bajo la permanente sospesa, dotándonos de un exceso de cautela. ¿Hubo acaso momento en el cual decidimos darnos una nueva oportunidad para ejercer en la madurez con la simpleza, la honestidad, la integridad y la decencia con la que respetuosamente toleramos proteger a nuestros hijos...? ¿Cuántas han sido las ocasiones en las que hemos errado en el intento de lograrlo y en ese fallido propósito hemos acabado por desistir...? ¿Quiere esto decir que el ser humano por naturaleza o por instinto de conservación es un ser traicionero, conspirador e hipócrita...? Resulta triste haber sucumbido a la falta de ética, la pérdida de valores y la escasa moralidad. Es lamentable tener que vivir entre individuos que aprovechan la bondad y debilidad de los demás para beneficio propio, de llegar a la conclusión de que vivimos atados al enemigo, ése que en algún momento casi con total seguridad fue el mayor de los amigos.
“Vivir en el interior de una fortaleza, de un cofre de hormigón para salvaguardar nuestra integridad es permanecer preso o enterrado de por vida.”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”