Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
Nuestra civilización está firmemente arraigada en la capacidad de generar y propagar ilusión. Insuflar deseos y aspiraciones sobre las cuales se pretende alentar al individuo para inducirle a pensar que si se lo propone, tan sólo con el esfuerzo, la tenacidad y la perseverancia será capaz de alcanzar las más altas cotas tanto en lo personal como en lo profesional. Pero resulta ingenuo pensar que tan sólo por el hecho de lograr una sólida base, una preparación íntegra y una formación óptima para ser lo suficientemente competitivo se obtendrá garantía de alcanzar toda meta. Dándose un baño de realidades cualquiera podrá fácilmente comprobar que el único estímulo que impulsa a quienes parten de cero, a quienes no disponen apoyo del nepotismo y la prebenda, ámbito que abarca a la gran mayoría de los mortales, es la de perseverar día tras día, mes a mes y año tras año a lo largo del resto de su vida con el empeño, la insistencia y la disputa hasta lograr una posición digna en la cual el factor capacidad será fundamental y más aún el apoyo y una planificación familiar muy temprana. Abrirse un hueco nunca estará exento de un desmesurado esfuerzo cuyo reto pasará siempre por intentarlo una y otra vez, golpearse y caer, volverse a levantar una y cuantas veces sean necesarias con mayor firmeza aún si cabe, para demostrar la valía, sin que ello suponga hundirse o desfallecer en el intento, siempre por supuesto vinculado al nivel al cual se pretenda aspirar. Implícito lleva demostrar un grado de profesionalidad, entrega y disponibilidad casi completa sin que el límite de horario suponga un inconveniente, se ha de aprender a lidiar con el estrés, la tensión, el desaliento y saber restarle importancia al error y al desprecio de cuantos pretendan pisar tu esfuerzo. La tarea de alcanzar el éxito no consiste en llegar a la meta, radica en ganarse el reconocimiento y la admiración del adversario en cualquiera de los niveles que uno alcance.
"El ágora administrativo y comercial. A sabiendas de tener claro que no existe ministerio suficiente para acomodar a todos los aspirantes a puestos de “alto standing”, se ha de asumir que la competencia está garantizada y que puede ser brutal cuando existe una marabunta de individuos que pretenden igual posición. Ante ello no queda lugar para el desaliento, la desesperación y tan siquiera para la compasión. La fortaleza anímica y mental es crucial y será el más valioso activo de que se disponga bajo este entorno"
“Quietud y Flema” es parte del título de una serie secuencial de obras que son una pretendida apuesta por romper con el global de la obra de éste autor, en su conjunto dinámica, incesante y de una agitación extrema, tal y como no podía ser de otra manera tratándose de un fiel reflejo del imperante modo de vida en el que se desenvuelve. Un remanso de paz en el que parece reconciliarse con el resto de la humanidad."