El tiempo a su paso esculpe y modela con ardua eficacia la materia, deja mella, pule, desgasta o tritura lentamente toda superficie hasta dejarla convertida en polvo. El paso del tiempo le otorga madurez a la semilla del recuerdo, el álbum de lo efímero en el que se recogen los mejores y los peores instantes de nuestra vida. La memoria se niega a olvidar y es el tiempo quien nos devuelve cada vez más a la infancia, a esos entrañables momentos en los que aprendimos a despegar del suelo gozando del fresco aire que estampó contra nuestras mejillas apostados sobre el vertiginoso balanceo de un columpio en la triste soledad del invierno. Esa primera sensación de libertad incapaces de intuir el peligro, esos primeros paseos y exploraciones fuera del entorno familiar cargados de botes y frascos en los que se recogían todo tipo de lagartijas, escarabajos, ranas o tarántulas ante la sorpresa de padres y hermanos al llegar a casa y descubrir cuanto salía de nuestras mochilas durante la época estival. Parafrasear de camino a casa sobre aquello que aún no llegábamos bien a comprender, de cuanto otros opinaron y comentaron a lo que en cualquier caso le otorgamos explicación alguna cualesquiera en las noches de tantos fines de semana en los que surgieron las primeras alianzas y amistades y que con los años forjarían irrompibles lazos. Todo ello es la savia de la vida, el fluido de un elemento que existió y que llegó a materializarse, un cúmulo de sentimientos y sensaciones, una ramificación de nervios indomables lleno de momentos comprimidos en dolor y felicidad que tuvieron sus primeros días en el balanceo de un columpio cuando apenas se comenzó a caminar. Por entonces las estrellas, tan fascinantes y apasionantes luceros de noche, estaban al alcance de la mano, tan sólo con extender el brazo y tomarlas entre los minúsculos dedos ya quedaban atrapadas dentro de nuestra imaginación, cuántas logramos coger y cuántas se nos escaparon fugaces. Todo por entonces desconocido, tenía una ingenua explicación.

"Soñar y rememorar en dilatada meditación no es añorar el pasado, es aplicarle aliento al futuro"

“Tecnografía agrupa una serie de obras cuya elaboración resulta más técnica y experimental, obras que pretenden escapar de lo convencional e indagar en la innovación, el ensayo y la búsqueda de nuevos procedimientos. Por supuesto, todo ello no implica una mayor, minuciosa y precisa elaboración al menos no más que el resto de trabajos, pero sí de manera inequívoca establece nuevas pautas en el proceso creativo en la obra futura del autor. Son la punta de lanza, el método de actuación y ejecución de nuevas obras, de tal manera que obras semejantes futuras de formato parecido no formarán parte de la presente serie al constituir ya parte de un método adquirido”