Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
La artificialidad se impone y nos invade, se deja llevar de la mano del progreso y del desarrollo. En nuestra infinita curiosidad por imitar, copiar y replicar a la naturaleza estamos logrando suplantar cada vez en mayor medida todas esas formas, sonidos, sabores y olores que se desprenden no solo de cuanto rezuma vida, sino de cualquier elemento que nos rodea. Se han creado objetos a imagen y semejanza que bien podrían sustituir al original, alimentos cuyo aspecto sabor y olor se aproxima muy fielmente al modelo real, sonidos que sin tener presencia física del objeto que lo origina nos aportan la sensación de estar junto a el y por supuesto olores y fragancias que perfuman el aire de nuestros hogares a modo muy parecido al que podemos percibir en pleno ambiente exterior. Sin duda con ello logramos recrear ambientes en los que rodearnos siempre de un aspecto positivo y eso ayuda a alcanzar cierto grado de satisfacción. El marketing utiliza todas esas impresiones y sensaciones agradables para hacer más placentera la experiencia de la compra y facilitar la adquisición de productos. Ahora, aún nos queda por saber y determinar cuál será la resultante de crear hábitats de artificialidad, de mantener en un constante engaño al cerebro y a nuestros órganos sensoriales. Nuestra capacidad para discernir lo falso de lo real cada vez será menor, a nuestro organismo le hallevado mucho tiempo adaptarse a la composición de los elementos presentes en la naturaleza y desprendernos de ello tan repentinamente puede suponer la necesidad de tener que vivir dentro de una burbuja, con toda seguridad este cambio no será asumido de igual manera por todos los individuos. Somos
capaces de adaptarnos a casi todo, eso sí dentro de un tiempo prudencial, pero por ahora el hecho de que la leche o el tomate por ejemplo no tengan las
características y cualidades que le caracterizaron tal y como las conocimos de antaño, con toda seguridad provocarán carencias irremplazables y cambio en
nuestros hábitos y conducta.
"La naturaleza irradia un constante flujo de impresiones y sensaciones, nuestro cuerpo mantiene un estrecho contacto con ella a través de los sentidos y las sensaciones que percibe y a todo ello nuestro cerebro le da sentido y significado, lo clasifica, lo dispone por formas, tamaños, colores y olores, gestando por medio del aprendizaje nuestra base de conocimientos."
“Quietud y Flema” es parte del título de una serie secuencial de obras que son una pretendida apuesta por romper con el global de la obra de éste autor, en su conjunto dinámica, incesante y de una agitación extrema, tal y como no podía ser de otra manera tratándose de un fiel reflejo del imperante modo de vida en el que se desenvuelve. Un remanso de paz en el que parece reconciliarse con el resto de la humanidad."