Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
Noches negras, noches en las que la luna está llena, noches en vela y noches una tras otra meciendo al recién nacido llanto en pena desconsolado apostado sobre el balancín engalanado en visillos de tul a la vera de un vitral que con cautela recoge escasa la pálida luz azulada de la oscuridad. No pide, clama uno tras otro momentos de atención y cuidado, necesita de afecto, mimo y de tiempo de lactancia. Plácido, bien cumplidas sus prioridades y necesidades, una nana comienza a acompasar el balanceo de su cesto-cuna cual dulce susurro de voz emerge de labios de una madre, la fatiga se vuelve sueño con rapidez en el retoño que cándido reposa y cae de inmediato bajo un profundo silencio arropado entre los bellos zurcidos de la ropa de cama. A resguardo del amor de madre, el único, real, puro y más sincero de los sentimientos, el sosiego y la calma verán pasar los días, verán pasar los años y verán crecer la nueva vida con ilusión, con penas también... pero sobre todo con alegría. Bebé, suave bolita de algodón, mitad puro lienzo por escribir de tantos sentimientos y mitad todo sensaciones que a borbotones se preparan para empaparse de conocimiento. ¿Quién es capaz de medir el nivel de ternura cuándo se es capaz de entregar todo a cambio de nada? ¿Quién sabe diferenciar el calor del amor en los momentos de tanto apego y connivencia? La vida es fruto de la pasión pero sobrevive tan solo gracias al cariño y al amor. El tiempo hará que el balancín, brazos de una segunda madre, quede olvidado junto al baúl de los recuerdos en el trastero de la melancolía, antiguo cómplice de tantos momentos irremplazables de tutela, lazos de sangre y de verdadero compromiso y fidelidad.
"Amor incondicional de madre, un auténtico compromiso por la vida." La naturaleza contiene un precepto invulnerable que es el instinto de protección materno-paternal. Dependiendo de qué especies, se crean lazos afectivos más o menos perdurables y de mayor o menor intensidad y complicidad. En la especie humana estas uniones y el acercamiento generan sentimientos afectivos que acentúan e intensifican el nivel de sensibilidad del individuo. Sensaciones como la ternura, la compasión, la delicadeza, la emotividad y el afecto quedarán impresos a fuego en cada individuo en la medida y proporción que recibe.
“Quietud y Flema” es parte del título de una serie secuencial de obras que son una pretendida apuesta por romper con el global de la obra de este autor, en su conjunto dinámica, incesante y de una agitación extrema, tal y como no podía ser de otra manera tratándose de un fiel reflejo del imperante modo de vida en el que se desenvuelve. Un remanso de paz en el que parece reconciliarse con el resto de la humanidad."