Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
Somos seres sumamente frágiles, nuestra naturaleza hace que aparentemos ser pequeñas vasijas de porcelana con extrema facilidad para colapsar y a pesar de que la vida nace con fuerte empeño por la supervivencia y lleva a cabo extraordinarios esfuerzos por no sucumbir, por prevalecer y paliar los contratiempos, nuestra fuente de energía se disipa con suma rapidez cuanto el pulso se desvanece. No hemos de olvidar que la vida participa de una condición eventual, transitoria e inestable y hacer que prevalezca en el tiempo es una meritoria labor que requiere de empeño y celo. En su periplo se habrá de enfrentar a momentos más o menos propicios y amables y otros realmente duros con situaciones más o menos trágicas, quizás desesperantes o depresivas que requieran de tomar pausa y respirar hondo, en los que tratar de restituir el control y el equilibrio del sistema. Ciertamente esto requiere de cierto nivel de sangre fría, algo complejo en un animal que peca mayormente de impulsivo, pero por momentos se precisa llevar a cabo un profundo examen, juicio de valores que nos ayude a sopesar cuán nos aporta de bueno y positivo y cuántos son los inconvenientes que en la vida se han sorteado, retos superados y lo que de positivo nos han aportado en la mejora de nuestra capacidad resolutiva y efectiva. Después de todo vivir no es otra cosa que aprender para mejorar y el aprendizaje en la mayoría de casos tiene tanto de gratificante como de lacerante. No sólo subsistir es resistir satisfactoriamente, es también lidiar una dura y continua negociación con la vida para revertir su decadencia y hacer que siempre esté de nuestro lado. En la sabiduría que nos han de aportar los años reside el hábito de aprender a entablar conversación con la vida acerca de cuantos impulsos e instintos nos asaltan por momentos e incitan a perderla sin sentido por alcanzar un pequeño momento en el subidón de adrenalina. Es un pulso liviano el que trata de evitar caer del lado de la toxicidad o una peligrosidad enfermiza, de jugarnos la vida a placer y sin consciencia y menos aún sin un riesgo sopesado y bien medido. Si somos capaces de entender y revelar cuáles son los parámetros que requiere la vida para no dejarla herida de muerte, de las pistas que nuestro organismo nos aporta y nos revela siempre con voz muy tenue de susurro, parte del posible sufrimiento y padecimiento futuro resulte leve y mucho más llevadero, lo que por otro lado se podría entender como elevar un grado más nuestro nivel de complacencia en vida, es decir ausencia de incidencias negativas e infortunios que se escapen a nuestras capacidades.
"Hacer de la dificultad, los obstáculos, los problemas e inconvenientes un reto a superar forma parte esencial del conocimiento de vivir y del óptimo aprendizaje. Indirectamente nuestra educación participa de esta enseñanza, pero su implantación debería de ser aún mucho más extensa"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”