Corroborado queda, que cumplida la premonición de saber que las grandes y no tan grandes potencias económicas harían oídos sordos a todo acuerdo de no proliferación de armas nucleares e indistintamente por experiencia, de todo tipo de ingenios y medios de destrucción masiva, se ha llegado a ese punto en el que algunos tan si quiera disimulan ya a la hora de acelerar los procesos de investigación para crear armas mucho más potentes y peligrosas. Ahora no es posible dar marcha atrás, ni para quien fomenta la amenaza ni para quien se siente amenazado, ya nada resulta medio útil de persuasión si no parte de un serio, manifiesto y completo boicot internacional para aislar a quienes osan romper las reglas de convivencia por todos acordadas engañando y vapuleando al resto de la humanidad, o lo que es lo mismo, pretender hacer el juego por individual en un empeño por debilitar y mancillar a terceros en pro de hacer prevalecer caducos y anacrónicos imperios. Se comienza a forjar una nueva escalada de tensión cuyas consecuencias desconocemos, pero ahora que resulta fácil superar cualquier límite conocido, se presupone poco decir que se nos ha quedado pequeño nuestro planeta como zona de litigio. Si por cualquier motivo se cumpliesen los peores presagios, si ocurriera una situación descabellada, cuya iniciativa partiera de cualquiera de las partes, este nuestro hábitat quedaría completamente desolado. Puestos a la exageración, si de esa posible contienda a nivel global que surgiera, cuyas consecuencias no cabe duda provocarían un terrible y devastador desenlace, aún restase representación alguna de la raza humana, la batalla se prolongaría por parajes del espacio exterior. Ya no resta buscar un nuevo campo de batalla mucho más amplio en el que batirse y en el que probar toda nuestra tecnología destructiva, nuestra sed de dominio y territorialidad nos han empujado a ello y aun cuando no hemos salido de manera presencial a la conquista del espacio exterior, nuestra imaginación ya ha sido capaz de aportar soluciones recreando infinitos campos de contienda a lo largo del cosmos sobre los que prolongar una batalla campal. La cinematografía lleva ya tiempo haciendo cábalas sobre ello con todo lujo de detalles por medio del entretenimiento, creando films en los que se recrean colosales campañas bélicas galácticas e interestelares comandadas como no podía ser de otra manera por el ser humano, siempre en busca de un enemigo, pues cual merecido protagonista no será otro sino él quien saldrá merecido vencedor a tenor de representar al bien y a la justicia.

"El ejemplo que propaga el ser humano con su dominio podría quedar resumido en una sola palabra, "imposición". Ha peleado y batallado toda su vida por implantar sus principios, sus creencias e ideales allá donde quiera que se haya expandido. Ha evangelizado y predicado por medio de la concordia, pero cuando eso le falla, acaba recurriendo a fuerza bruta."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”