Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
La adolescencia es un momento extremadamente delicado en el que se presta una especial atención a los iguales, en cierto modo se huye de la divergencia. Surge el miedo a no ser aceptado o discriminado por el grupo al aparentar diferente. Es una etapa en la que encajar en el grupo es quizás la preocupación principal, se necesita ser aceptado por el resto y por norma, influye sustanciosamente en cómo el adolescente crea su autoestima y su personalidad. Pero se cae en el riesgo que quedarse estancado en el conformismo y de no sobresalir del montón. Quizás éste es el momento de recurrir a este razonamiento de Albert Einstein con el cual no puedo estar más de acuerdo y que afirma: “La persona que sigue a la multitud normalmente no irá más allá de la multitud. La persona que camina sola probablemente llegará hasta lugares donde nadie ha estado antes”. En un mundo cada vez más globalizado en el que impera el trabajo en equipo y que de hecho muchas cosas serían imposibles sin el trabajo en equipo, cuesta sangre, sudor y lágrimas abrirse paso con la individualidad. Pero hemos de tener en cuenta que diferenciarte de los demás es probablemente la única forma posible que te permita destacar del conjunto y quizás la única realmente válida por la cual puedan tenerte en cuenta a la hora de valorar tu manera de ver y de entender el entorno. Ser diferentes es apostar por hacer las cosas de otra manera y no quedarse en el intento. Es demostrar que innovar no sólo es posible, sino necesario. Ser diferentes es creer que no existe solo una forma de hacer las cosas, es ésta quizás la única premisa que te permita abrir puertas a las que de otra forma sería imposible acceder. Nuestra sociedad apremia y agradece abrirse a nuevos puntos de vista, eso enriquece y nos ayuda a evaluar cuanto hacemos y hemos logrado desde muy distintas perspectivas. Lo erróneo es tener un único punto de referencia y asentir con él a pesar de no estar en pleno acuerdo. Pero de otro lado existe el riesgo de percibir la diferenciación sólo y únicamente como una forma de esnobismo, no teniendo otro fin que alimentar el ego del individuo, entonces se caería con facilidad en un serio problema individual del trastorno de la personalidad. El filósofo francés Blaise Pascal dijo que "cada persona se cree el centro del universo porque, justamente, para ella el universo nace y muere junto a ella. Por ende, la persona es incapaz, a priori, de darse cuenta de que antes y después de ella ha habido y seguirá habiendo un mundo. Esta ignorancia sobre el ínfimo rol individual en el mundo es también causa del citado afán por creerse especial". Un intento de diferenciación mal entendido lleva a extremos y con ello a trastornos en la personalidad del individuo, incluso hasta el punto de perseguir el ideal de ser genéticamente algo que no se es, llegando a deformarse el rostro para adaptarlo a características de otra especie.
"La ropa, una manera de interactuar, unos tatuajes, unos complementos o la depilación de zonas concretas y ahora las cirugías, han servido como elemento diferenciador para participar de movimientos, tendencias, clanes o tribus urbanas que en algunos casos buscan únicamente destacar por el simple estímulo de sobresalir y en otras como pretexto para mostrar su descontento y en cierta medida apartarse del resto de la sociedad"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”