Fondement dialectique et raisonné, origine de l'œuvre
Los términos absolutos si abrazan sentimientos positivos y elevan el espíritu siempre suelen sonar bien, juguetean con nuestros tímpanos y alegran nuestras emociones y más aún si se perciben aislados y sin interferencias como grandes letras de molde sobresaliendo en titulares reivindicativos. Es fácil definir las palabras cuando se tratan como unidades puras sin nada que las desvirtúe o las adultere pero eso es algo poco menos que imposible, siempre se hacen acompañar de un entorno lingüístico que las ubica en su entonación armonizando con el resto del párrafo y eso no se puede eludir. La tolerancia por supuesto empieza por ir acompañada del respeto, sin duda otro de esos grandes encabezamientos a los que dedicar gran parte de la atención, pero la tolerancia no es nada sino viene prorrateada a iguales partes por todos lados, si únicamente es uno de los polos el que la tiene en consideración. No podemos pedir ni reivindicar tolerancia a otros sin prestar igual cantidad de ese mismo brebaje a todos y cada uno de nuestros actos. Jamás seremos lo suficientemente tolerantes como para satisfacer las necesidades del que espera algo más, porque como es habitual nada viene solo y la tolerancia exigida en muchas ocasiones participa del abuso y del descaro. Es necesario una gran dosis de tolerancia pero para nada confundirlo con la permisividad de hacer cuanto plazca si con ello se pisotean los derechos de los demás. Por lo general el individuo que es tolerante es a su vez educado, cortés y amable al mismo tiempo, son cualidades que definen a un modelo de personas que disponen de la capacidad de entender la posición de los demás, de sentir eso mismo sobre su piel y de saber con ello que su libertad tiene un límite y una participación escueta. Tolerar no consiste en desinhibirse de la corrección, es simplemente no desviarse hacia los extremos, porque cuando individuos que han sido siempre tolerantes empiezan a radicalizarse, posiblemente nos demos cuenta de que habrá llegado el momento de hacernos revisar si alguien no está cometiendo abuso indiscriminado sobre la definición de tolerancia. No tenemos tampoco la potestad de saber lo que le conviene a los demás y de elegir por ellos menos aún, de ahí que si sus decisiones y las consecuencias de sus actos no resultan perniciosos para el resto, no tendremos motivo por el cual recriminarles nada. La vida es vida y cada uno puede entenderla al modo y forma que mejor le parezca siempre y cuando de por medio permanezca el respeto y la comprensión que necesita la tolerancia. En este punto se ha de decir que no me identifico con la famosa frase de “Jean Paul Sartre” que reza: “El hombre está condenado a ser libre" sino todo lo contrario, creo que el ser humano está abocado a perseguir de por vida la libertad pues una tras otra vez, continuamente se le arrebata si se duerme en los laureles. Sin duda el hombre no es más feliz por ser libre pero persigue la libertad al menos para ser más humano y si en algún momento alcanza dicha divisa, para que le perdure, habrá de superar el ejercicio de aprender a consentir y a tolerar. Veo nacer sin causa una fuerte corriente que pretende colar la idea de que tolerancia es igual a sumisión. La tolerancia conlleva respeto pero nunca acatamiento y con estos términos se está jugando a borrar todo el pasado y la historia de algunas culturas y civilizaciones.
"Gritos mudos de grafitis estampados sobre paredes y murales en las vías públicas claman por la tolerancia hacia el resto de los ciudadanos"
“Mural Graffiti son un conglomerado de obras que incluyen una clara e intencionada misiva. Son fechas directas de índole principalmente reivindicativas que no ocultan su intencionalidad, hacer público mensaje de protesta en aquellos lugares en los que resulta más visible, la calle. Bien sea sobre un muro, pared, madera o metal, son inapelables demandas dirigidas a los dirigentes y gobernantes.