CHICOTE CFC

La palabra artista se ha descafeinado y devaluado hasta tal punto que a día de hoy los tres mil millones de habitantes que forman parte de este planeta podrían considerarse artistas. El jardinero es un artista, el cocinero también lo es, el taxidermista ¿por qué no lo ha de ser...?, el joyero igualmente es un artista, el ingeniero de iluminación es un novedoso artista, el programador informático lo es, el albañil aplicando formas con el cemento es un artista, etc., por lo tanto, ahora ser artista no tiene ningún mérito. Nos han enseñado a ser creativos y habilidosos, es por ello que necesitemos del arte para sentirnos realizados. Cualquiera puede ser artista y hacer arte, de ahí que ya no sea necesario comprar arte, cada uno tiene la capacidad de crear sus propias obras, e incluso es la tecnología la encargada de hacer por nosotros el trabajo más duro y refinado. Pero el verdadero artista, aquel que es capaz de innovar en el arte con una novedosa y original propuesta, se queda en una faceta prácticamente nula. En realidad, ya no existe el arte de primer y gran nivel tal y como lo conocimos en tiempos pretéritos. Eso que hasta hoy consideramos arte, así como las artes aplicadas o la decoración y otras muchas paralelas, son ahora todo uno y en valor lo mismo. El arte contemporáneo y en particular las artes plásticas, se retroalimentan de una tensión entre polos opuestos que luchan por dominar la concepción del arte. La escultura, el teatro, el cine y la pintura... son el axioma, el principio; y la instalación, la performance, el videoarte y ciertas manifestaciones de arte urbano... respectivamente son la refutación. Esto no es sino reflejo de la inconsciente e imponderable propensión que le lleva al ser humano a indagar en la manera de construirse a la vez que de autodestruirse. Existe una enorme imprecisión y un escaso o nulo conocimiento acerca de lo que hoy en día se ha de considerar como arte y es ésta misma ambigüedad la que conduce a que gran parte de lo que se exhibe en ferias y exposiciones no llegue realmente a ser entendido como tal o tan siquiera, si somos sinceros, pueda ser acreditado con semejante consideración. Éste es el motivo único que me lleva a enunciar aquí mi peculiar y particular definición del arte.