Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
En ese impasse en que me mantuve hasta obtener una estabilidad emocional y en la perpetua búsqueda de encontrarme a mí mismo, hubo un tiempo en el que mi trabajo divagó de un terreno a otro pasando de la figuración a la abstracción, del formalismo al informalismo, del interés al desinterés con la única intención de llegar a comprender qué era lo que realmente me permitía definirme y expresarme de la mejor manera. A “Pilar, mi pequeña referencia sentimental durante cierto tiempo a la que llegué a idealizar, la añoré lo suficiente como para que permaneciera reflejada de una manera u otra en varias de mis obras. Mi sangre que fluía intensamente, pidiendo vida y mi naturaleza activa y nerviosa con fuetes cambios emocionales por entonces, quedaron reflejados en estas desestructuradas formas al estilo “Tapies” cubiertas de pulverizados fondos y añadidos de collage con reproducciones renacentistas como la de “Rafael Sancio” presente en esta obra, trabajada en el lienzo crudo sin fondeado añadido más que el blanco España de fábrica.
“Glorificación divina… es exponente de la búsqueda de un deseo de perfección apoyado en una relación sentimental y conyugal estable, la cual en un momento creí haber encontrado pero que, por motivos varios, en algunos casos ajenos a ambos pretendientes, acabó siendo sino una relación fugaz más. Ello de “ipso facto” me condujo a crear la obra de “El suicido del espantapájaros” y luego más tarde, una vez reflexionado y asentado el fracaso, dio como resultado esta nueva obra. Resultó ser una experiencia más, paradoja fiel reflejo de las instantáneas y momentos congelados de mi vida.