Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
La naturaleza lucha siempre denostadamente por sobreponerse e imponerse. Cubriremos de asfalto, hormigón, cristal o ladrillo nuestro planeta pero siempre creará fisuras por las que resquebrajar nuestros propósitos. Es tenaz pero no inmortal y por desgracia no tiene infinita capacidad de aguante. La debilidad de las plantas se sobrepone a la robustez del cemento y su aliada el agua, anega todo cuanto a su paso encuentra en el momento que estalla la tormenta, de este modo fortalece y regenera lo abrupto. Con éste líquido de vida, pequeños tallos florecen abriéndose paso, creando resquicios por los que deslucir nuestros frívolos e insulsos hábitos de comportamiento. Nos hacen ver en cada momento que las necesitamos, pero las rehuimos y nos apartamos con insistencia una y otra vez ellas con un frívolo escaso juicio de cordura. Con toda seguridad un día, cuando heridas de muertes resulten apenas escasas, las buscaremos denostadamente, las perseguiremos codiciosamente como quien acaudala el tesoro de un rescoldo de vida y aquello que durante tan largo período de tiempo se nos ofreció gratuitamente, se volverá recurso de difícil adquisición.
“Más justa es la causa que hace prevalecer la supervivencia de las plantas en su intento de imponerse sobre el asfalto, que la del ser humano por aplastar y acotar a mero adorno de jardín su presencia. Esa falta de coexistencia y benevolencia hacia ellas hace que se vuelvan cada vez más agresivas y nosotros menos tolerantes -alérgicos- a su presencia.”
““Ciencia y Cosmos” es parte del título de una serie secuencial de obras que hacen referencia a aquellos logros y descubrimientos científicos o tecnológicos que le han permitido al ser humano obtener un salto cualitativo y cuantitativo en su desarrollo.”