Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
Con toda seguridad si se le piden referencias a cualquier madre acerca de la cualidad humana que caracteriza la personalidad de cada uno de sus hijos nos dirá, con toda franqueza y en ello jurará y perjurará, que se trata de las personas más afables, benévolas, encantadoras, sociables y dóciles de trato que podamos encontrar en este mundo y esa percepción no carece de razón si tenemos en cuenta que esas afirmaciones parten de la justificada apreciación y experiencia de la persona que más tiempo a dedicado en su vida a interactuar con ellos. Pero somos conocedores de que esa es una opinión parcial y cambia notablemente cuando esa misma pregunta se traslada a un entorno ajeno al círculo familiar más próximo. Desde ese punto de vista la óptica cambia y no todo el mundo se aventura a poner la mano en el fuego en favor de la actitud y el comportamiento de las personas cuyo lazo de unión no es de directa consanguineidad. Se descubren aspectos muy distintos de esas personas en la distancia, fuera del entorno más cercano y en otros ambientes. Cuando un adolescente sale del domicilio en el que ha crecido se envuelve de un disfraz como coraza, dentro del cual se enmascara para representar su papel dentro de la sociedad, tal vez la de ser vinculado en afinidad e imagen a ídolos a los que venera o a tendencias y conductas que le resultan útiles para lograr mayor aceptación y éxito social. En otros casos quizás para aparentar seguridad en el trasiego de encontrar su propia personalidad. En cualquiera de los casos lo que reclama y pretende es tomar una posición de control en su propia vida. Excepto en aquellos casos en los que aparece la rebeldía y se hace patente el enfrentamiento directo con los progenitores. Lo habitual e inteligente es admitir un desdoblamiento de personalidad en la que el hijo adopta un papel subyugue ante los padres y de emancipado en el entorno de su ambiente generacional.
"Nos define lo que somos, lo que hacemos y de la manera en que lo hacemos. Nunca el fin podrá justificar los medios. Las formas son algo que jamás deberán de perderse u olvidarse. El ser humano habrá de esforzarse en ser lo suficientemente creativo como para encontrar siempre el modo de alcanzar el mismo fin sin dilapidar ni devastar los principios ético-morales, ese es su mayor reto y el único manifiesto de inteligencia."
"Los actos y la responsabilidad de asumir las consecuencias."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”