Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
Nuestras leyes se han vuelto hasta tal punto complejas y a veces inteligibles, con criterios tan cruzados y confusos, que en ocasiones se prestan con facilidad a ser interpretadas o tergiversadas intencionadamente amparadas únicamente en la salvaguarda del código deontológico de quien con ellas opera. Diariamente se esfuerzan y entregan a dicha labor un ejército de perspicaces abogados en un intento por preservar tanto la legalidad, como aquello que en ocasiones resulta manifiestamente injusto e irrazonable, siempre y cuando, el acusado esté dispuesto a pagar por ello. Sería necesario que cada ciudadano conociera a fondo el alcance, el significado y la repercusión de cada una de las leyes aprobadas para que todos pudiesen competir con las mismas posibilidades, puesto que bajo un mismo tablero de juego, la partida resulta desequilibradamente ventajosa para quienes mejor o más expertamente la dominan. En este juego de trampas siempre tendrá mayor posibilidad de resultar victorioso aquél que disponga de una mayor claridad e información acerca de la intencionalidad con la que se legisla, por contra será fácil caer en el fracaso si se parte con la ignorancia de no saber sortear los cauces legales. Pero resulta imposible pretender que todos acabemos siendo especialistas en leyes y jurisprudencia y si así fuere eso sería a lo único cual debiéramos dedicar nuestra atención durante gran parte de nuestras vidas, de ahí que se resuelva necesario la ayuda de un colaborador experto en la materia, lo que de primera mano cataloga la inocencia o culpabilidad de los individuos por su capacidad económica. El libre ejercicio de la abogacía sujeta al mejor postor es un factor de alto riesgo que fomenta el clasismo. El apoyo y la defensa del ciudadano ante las leyes no debería de estar ligado a la capacidad económica de la persona, sino al nivel de honestidad y sinceridad que a lo largo de su vida ha mostrado como ciudadano en clara intención a su predisposición para acatar y respetar las leyes. Tiene mayor derecho a ser atendido y defendido por un solvente representante legal aquél que jamás ha ocasionado ofensa alguna al reglamento y a la legalidad y menor razón para ser apoyado en la defensa al ofensor y reincidente.
“Nos abruman una enormidad de leyes, algo que resulta imposible cumplir a raja tabla sin que en algún momento acabemos por contravenir y por ello delinquir, todos bajo ese criterio acabaríamos siendo inculpados.”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”