Hasta donde conocemos, la materia es algo inerte y en estado natural los elementos partícipes de ella están inactivos, es más, incluso en el caso de los seres vivos quienes realmente disponen de una condición un tanto diferente, es igualmente factible aplicarles este axioma debido a que su estado natural es la muerte, o lo que es lo mismo permanecer inertes. La vida de un ser vivo y en particular la de un ser humano es una situación eventual y de enorme inestabilidad dentro de la naturaleza y del universo, tan sólo por un tiempo limitado forma parte de un débil y delicado equilibrio en el que se conjugan multitud de unidades o elementos menores cargados de energía que en reciprocidad han logrado adquirir un estado de desarrollo durante el cual alcanzan una madurez y óptimas facultades, a lo que denominamos "vida". La aparente percepción que tenemos de haber nacido bajo un entorno relativamente estable y de la progresiva elongación de la vida nos hace pensar erróneamente que ésta participa de un tiempo concedido y ganado por el mero hecho de su génesis, desde la óptica del ser humano el hecho de haber logrado alargar el ciclo de vida nos ha hecho pensar equivocadamente que la facultad de vivir es en sí una condición "sine qua non", pero en realidad su circunstancia es tan pasajera como lo es la de cualquier otra flor o fruto, sujetos de principio a fin de un ciclo continuo de desarrollo que jamás pasa por una etapa estable e inmutable sino que forma parte de una permanente y continua evolución. Desde el mismo momento en que se nace, se está en crecimiento, se madura y se envejece a la vez. Pero la vida es algo frágil, deambula permanentemente por la cuerda floja sujeta a un riesgo constante, sucede en tanto que el organismo está en plena actividad, pero a su vez esa prolongada actividad le provoca desgaste, de ahí que por un motivo o por el contrario la vida participe de un periodo limitado, por lo que es correcto afirmar que surge para autodestruirse. Obviamente la conclusión válida que se obtiene de esta reflexión es la necesidad de proliferar y propagarse con suma rapidez y facilidad para que la vida sea algo perdurable ya que depende de innumerables factores y condiciones casuales como para que se vuelva a reproducir de manera espontánea.

"El declive es algo inevitable, pero regodearse inconscientemente sobre el fino cordón en el que apenas apoyan nuestros zapatos, supone acelerar una caída mortal. La soga sobre la que se deambula también envejece, pierde hilos, tensión y sutura, resquebraja y con el tiempo no admite aspavientos"

“Tecnografía agrupa una serie de obras cuya elaboración resulta más técnica y experimental, obras que pretenden escapar de lo convencional e indagar en la innovación, el ensayo y la búsqueda de nuevos procedimientos. Por supuesto, todo ello no implica una mayor, minuciosa y precisa elaboración al menos no más que el resto de trabajos, pero sí de manera inequívoca establece nuevas pautas en el proceso creativo en la obra futura del autor. Son la punta de lanza, el método de actuación y ejecución de nuevas obras, de tal manera que obras semejantes futuras de formato parecido no formarán parte de la presente serie al constituir ya parte de un método adquirido”