Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
El hoy único y principal testigo vivo que mantiene la memoria de ese abominable crimen llevado a cabo contra la humanidad que supuso el genocidio del pueblo judío, el campo de concentración de Auschwitz, también denominado como el infierno en la tierra y hoy museo del holocausto y del exterminio, cubre gran parte de sus pabellones con colosales vitrinas en las que se exhiben apilados multitud de restos óseos y pertenencias de las malogradas vidas de aquellos que fueron obligadamente invitados a sufrir y padecer el genocidio. El resto de sus cabellos trenzados convertidos ahora en mantas, sus dentaduras postizas arrancadas para aprovechar el oro con el que estaban tallados, su prótesis ortopédicas y utensilios cotidianos apilados anónimos enseres envueltos en la tristeza y las lágrimas de quienes lloraron y padecieron la denigración hasta el momento mismo de fenecer, son ahora lúgubres recuerdos a los que apenas nos atrevemos a enfrentarnos. Es una memoria compungida que en muchos casos pretende ser obviada y evitada, pero que sin duda es la única que nos estigmatiza con el flagelo de recordar para no olvidar. Es quizás el más aciago y lamentable museo que se pueda construir, es para muchos el destino al que jamás querrían acudir, pero no es más que una muestra de la vergüenza que supone no querer admitir lo aborrecible y repudiable que puede llegar a ser la crueldad humana, que pasa del amor al odio enfermizo con una facilidad pasmosa. No existen amigos, camaradas, compañeros ni leales partidarios cuando se trata de una cuestión de odio para quienes son capaces de tal atrocidad, porque el odio es un sentimiento enfermizo e insano que destruye a la persona misma que lo padece. Los trenes que circularon hacia Auschwitz estaban destinados a saldar vidas para resarcir el odio de quienes no saben ni entienden de cariño o de amor fraternal, de quienes no han entendido nunca lo que es y lo que significa el milagro de la vida.
"Cámaras de gas y hornillos de incineración, el repugnante legado dejado en herencia a la memoria de la humanidad de un individuo nombrado a sí mismo como canciller"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras”