Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
La noche vuelve radiante la cara visible de la luna que a duras penas se abre paso entre los innumerables rascacielos del centro estratégico financiero de la city en un apurado intento por arropar a cuantos transeúntes deambulan por calles y avenidas principales, pues apenas escasos osados y arriesgados viandantes se prestan a velar románticos paseos por el silencio serpenteante de parques y jardines o tomando escabrosos y apartados pasadizos de camino a casa a tan avanzadas horas del día. La metrópoli disfraza por completo su aspecto con apariencia lúgubre cuando reposa sumida en cierto grado de oscuridad, rota apenas únicamente por el intenso brillo de alineadas luminarias que delimitan en altura y longitud las gigantes moles de acero y cristal repletas de oficinas, escaparates de bellas tiendas engalanadas para mostrar atractiva su imagen y el producto gancho que ha de atraer a cuanta más clientela posible y la múltiples incandescencias que se reparten por infinitas aceras y rincones despejando el vacío anónimo que intimida y amedrenta entre tanta sombra resguardo de posibles malhechores, delincuentes y asaltantes que con afán intimidatorio campan a sus anchas. No hay lugar en ella para reparar a confraternizar más que en la intimidad del hogar familiar, ahora es básicamente territorio extrapolado a presas y depredadores a tratantes y consumidores e incluso el suburbano sobrecoge con un frío desamparo y la desnudez que se evidencia cuando la muchedumbre desvanece, apenas se oye el eco de pasos que aparecen y se esfuman, andares irreconocibles a los que resulta imposible poner rostro y escaleras mecánicas que de continuo chirrían cada vez que completan un ciclo. A pesar de ello la gran ciudad muestra aún en horario sereno un intenso hervidero de vehículos en el que apenas cabe lugar para el sueño, prolongadas bandas luminosas que dan forma a las calles si se aprecia a vista de vuelo raso de aeroplano, que uno tras otro, sin cesar toman tierra en aeródromos y aeropuertos. Si bien son la mayoría a quienes la madrugada despereza para acudir un día más a cumplir con su puesto de trabajo, quienes exentos de ello pueden permitirse cierta dosis de ocio, se agolpan en sus muy variados antros, anfiteatros, recintos y garitos celebrando y disfrutando la noche con un buen espectáculo, un concierto, un salón de baile o simplemente un bar de copas para liberar la incontenible tensión que posibles éxitos o fracasos hayan podido sobrevenir en el día a día. Desprenderse de la inagotable fatiga, del agotamiento y de la ansiedad que genera la actividad laboral es una necesidad imperiosa si es que quedan fuerzas al final del día para reparar en ello, también en la metrópolis.
"También la noche se presta para formalizar buenas relaciones y operaciones comerciales. Importantes negocios e inversiones se gestan alrededor de una mesa en la que fluyen exquisitos y refinados manjares acompañados de burbujeantes bebidas que ayudan a romper el frío muro de los acuerdos. Veladas óptimas a la par para amores prohibidos que harán gala de su sex-appeal en la glamurosa habitación de uno de tantos hoteles de lujo".
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”