Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
Nam et ipsa scientia potestas est / Nam et ipsa scientia potestas, o lo que es lo mismo: El conocimiento es poder / Por el poder del conocimiento mismo.
El saber por supuesto ocupa su lugar, requiere de espacio y de tiempo, exige dedicación y en media a ello se logra adquirir un más o menor nivel de excelencia y de inteligencia. Pero igualmente la vida y sus experiencias son por propio impulso un torrente diario de enseñanzas, aprendemos sin más remedio, es innato a nuestra naturaleza, a lo cual jamás podremos rehuir y que por el contrario nos ayuda a sobrevivir, algo que nos viene dado sin pretensión. Lo que resulta claramente demostrado es que al margen de su dimensión este aprendizaje otorga enorme beneficio y gran conveniencia a la vez de clara ventaja sobre quien no lo impulsa o lo promueve en mayores dosis. Cuan menos, se presta a ser un principal aval con el que alejar el miedo y la incertidumbre de nuestras vidas. El conocimiento tiene una única y eficaz vía de encuentro que parte de la enseñanza amena próxima al juego, supone por tanto abordar el proyecto de un desafío que nos reta e incita a descubrir el cómo y el porqué de las cosas y con ello el apremio de obtener respuestas que nos aparten de la ignorancia, es en consecuencia el pilar que nos dota de seguridad y confianza. El conocimiento es el verdadero poder, es capaz de superar a la fuerza bruta y por desarrollo, nuestra mente quien opera, gobierna y atesora la que es sin duda nuestra mejor herramienta. Pero existen diversas formas de adquirir este conocimiento y distintas maneras de manifestarlo, de ahí que se hayan constituido distintas áreas que lo estructuran y dividen a razón de su mecánica y uso práctico. Uno de los medios es el lenguaje, y la oratoria sería un buen exponente de ello, también a través de la percepción sensorial, y la capacidad de observación nos demuestra que es un medio fundamental para entender nuestro entorno, por supuesto compartiendo emociones, pues las experiencias emocionales de otros individuos son una gran fuente de conocimiento, e igual e indudablemente el práctico y convincente uso de la razón, que es quien aglutina y aporta resultados inteligibles y prácticos para desenvolvernos en la vida. Pero estas no son las únicas vías de alimentar el conocimiento, la imaginación es sin duda uno de los motores y puntos fuertes del conocimiento y en él se apoyan todos los aspectos de la expresión humana, no solo la artística, sino incluso la científica, pues queda demostrado que un gran componente de ella se resuelve necesario para revelar concepciones, teoremas y estudios teóricos novedosos. Por su puesto igualmente que la fe ayuda a interiorizar y profundizar en nuestra esencia, el alma más profunda y en las raíces místicas de nuestra vida en ello incluimos la metafísica, y como no de por medio asoman la intuición y de la memoria, que nos ayudan a tener percepción de posibles causas y hechos sin haberlos experimentado con anticipación y que no por ello dejan de tener gran peso específico y de la segunda porque la capacidad de retener y ampliar todo ese saber y cuanto observamos bajo una extensa y concentrada única biblioteca nos garantiza disponer de un compendio de ideas con las que alcanzar el éxito en el presente y en el futuro.
“El espectacular avance y desarrollo cognitivo que la selección natural provocó en el cerebro del ser humano es sin duda alguna “medulla axis” que apartó a este del resto de primates”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”