Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
Del sol vivieron por siglos nuestros olivares, centenarios troncos de sólidas raíces y frondosas ramas que fueron testigos de variopintas culturas y civilizaciones, signo identitario de nuestros orígenes y de ese maravilloso líquido intravenoso que es el aceite virgen manando gota a gota por cada una de sus oléicas pepitas. Fruto de la teta del sol mamamos el día a día todos los seres presentes en este planeta y al sol le exprimimos cuantos recursos nos da y aporta para la vida. Nuestro sistema esta hecho para perdurar con eficacia en un entorno natural, dorado por el sol y madurado bajo sus latidos, pero nuestra soberbia nos hace creer que la tecnología sustituirá a la naturaleza y a lo natural, que será suplantada por el artificio y lo ficticio. Hasta hace bien poco los abanderados del ecologismo, defensores de una vida sana y de alcanzar un equilibrio con nuestro planeta, no dubitaban en señalar y pisotear a quienes atentaban sustituir cualquier pedazo de la vida presente en el campo, bien sea de las plantas y árboles y por igual al de nuestras ciudades, en defensa de una sostenibilidad y un cuidado del medio ambiente. En ocasiones ha sido necesario desestimar proyectos o elevar sus costos para realizar cualquier infraestructura sin dañar elementos vegetales y naturales que se ubicaran en nuestros entornos. Hoy en día el ecologismo se ha vuelto sofisticado y al parecer ha cambiado de opinión encontrando aún más equilibrado y sano instalar enormes campos de placas solares allá donde antes se ubicaban extensas y fértiles tierras de olivos centenarios. Hoy se arrasan montones de hectáreas, en muchos casos despropiadas o con unas mínimas indemnizaciones, para ocultar la tierra bajo enormes pantallas solares que apenas recogen suficiente luz para alumbrar zonas muy limitadas de los centros urbanos. Ahora se paga un elevado precio por apenas una escasa energía a costa de suprimir la fuente de nuestros los alimentos. A día de hoy con la primera crisis que nos amague, pasaremos hambre y tan siquiera podremos pagar la compra de alimentos con la producción energética que generan todas esas aberrantes plantas tecnológicas.
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”