La sinapsis parece haber sufrido el paso de un devastador tsunami, estragos del desastre que ha fracturado la sinergia entre axones y dendritas, ausencia, deficiencia o carencia de una funcionalidad que altera el planteamiento de cómo establecer el orden de las cosas dentro de un equilibrio acorde a la conveniente necesidad lógica del individuo. Cada acto cuyo resultado conduce a consecuencias que se apartan del establecido como sano juicio, crea una situación de conflicto en el subconsciente de la persona que afecta y altera a la correcta convivencia de aquellos que participan de su entorno. Sin duda toda insensatez habla de una carencia de madurez y toda incoherencia denota una falta de juicio. Desde que el ser humanos existe todo es tal y como viene sucediendo. Puede parecer que las cosas empeoran pero en realidad nada es cierto, tan simplemente es que no tienen solución. Puede que la tecnología nos envuelva en una espiral de logros que oculte las carencias de lo humano, puede que los adelantos nos hagan creer que en el futuro todo será más fácil, pero lo único que tiene consistencia dentro de todo éste a veces sinsentido, es que el individuo por momentos denota muestras de ser cada vez más un paupérrimo elemento. Se vuelve ilógica su concepción de la vida, pierde cordura, prudencia y mesura. ¿Fue siempre tan irreflexivo...?.

"¿Resultan ser la locura transitoria y el descuido de la sensatez consecuencias de un hábil y justificado procedimiento que nos permite eliminar la tensión acumulada?"

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”