Se ha tomado una rígida trayectoria difícil de abandonar que nos impide reaccionar con tiempo suficiente para evitar nuestra propia disnea. Nos ahogamos entre la mugre que generamos, no hemos sido capaces de preservar el elemento fundamental que sustenta nuestra vida. El aire está muerto, es denso, viciado y se comienza a masticar, es pura corrupción para nuestros pulmones. Nuestra sangre, con tal calidad de flujo lo único que es capaz de transportar a nuestros órganos es la suciedad de una insuficiente inhalación apenas necesaria para inyectar pulso a nuestro corazón. Cada vez es menor nuestra capacidad de maniobra y ridículo el margen de actuación. No seremos capaces de evolucionar a tiempo para adaptarnos a estas nuevas e insanas condiciones, nos asfixiamos en la contaminación residual que desprenden nuestros motores y eso no es lo único, somos el agente causante de la putrefacción y muerte de muchas otras especies que tienen su sustento en el agua, víctimas de tanto residuo, continuos derrames de crudo y resto de materiales nocivos que ocasiona nuestro desarrollo.

"Se comienza a masticar el aire en las grandes urbes. El poco oxigeno limpio que se acerca a nuestros pulmones está subordinado a los inusitados días de vendaval climático que lo alivian.”

““Cálculo regresivo” es parte del título de una serie secuencial de obras que, incorporando la ordenada merma de cada uno de los años acaecidos, pretenden hacer recuento ilustrado de las causas que inducen a la progresiva involución del modelo de sociedad actual.”