Una profunda brecha se ha abierto en la sociedad desde que se ha llevado a debate público el peliagudo tema de la eutanasia o el derecho a elegir sobre nuestra propia muerte, más aún cuando existe la terrible necesidad de solicitar ayuda para poder alcanzar dicho fin. Decidir en estos casos cuándo y cómo otorgar la potestad para permitir abandonar la vida no es ya sólo una cuestión privativa del paciente aún cuando este entienda que no merece la pena prolongar en el tiempo más sus episodios de sufrimiento y prefiera optar a la posibilidad de elegir una muerte digna, sino que afecta por igual al médico o especialista que estima no es lícito establecer por decreto la obligación de ayudar a morir al paciente cuando su ética individual o profesional, su juicio sobre lo que se ejerce como correcto o indebido, le impiden prestar los medios necesarios para intencionadamente quitar la vida a nadie. Es un asunto puntiagudo y delicado que jamás se debería de imponer por ley pues una gran mayoría de facultativos asienten que su deber, el compromiso y su responsabilidad con la sociedad les sitúa en la obligación de cuidar y preservar la vida por encima de ninguna otra apreciación. Algunos consideran de hecho que tolerar la muerte asistida en ciertos casos acabaría tarde o temprano deformando los límites del concepto de aplicar la muerte más allá de la propia autonomía del paciente y supondría un permiso moral para que el médico (u otra persona) se escudasen en ese planteamiento para aplicar los preceptos de una muerte fácil. No cabe duda sin embargo que la voluntad del individuo jamás deberá de estar impedida cuando se trata de algo que afecta e incumbe única y exclusivamente a él mismo decidir, para ello la complicidad en ese caso no debería de estar castigada.

"En la agonía del suicidio asistido.

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”